El presidente de Bolivia, Luis Arce, declinó de buscar la reelección en los comicios del 17 agosto; asimismo, llamó a Evo Morales a hacer lo mismo en lo que, afirmó, es un intento de buscar la unidad.

En un mensaje difundido desde la sede del Gobierno, enfatizó la necesidad de consolidar a la izquierda del país. Asimismo, se pronunció por respaldar al candidato con mejores posibilidades para enfrentar a los partidos opositores.

“No seré un factor de división del voto popular y mucho menos facilitaré en la hora presente que se haga realidad un proyecto de derecha fascistoide con el cual se pretende destruir el Estado Plurinacional”, destacó.

El presidente también pidió a Morales “no insistir” en la candidatura; al respecto, le recordó que constitucionalmente no es procedente. Además, la fragmentación de la izquierda solo beneficiará a los opositores.

Gobierno de Luis Arce, en declive

Luis Arce declinó al cargo en el contexto de la impopularidad de su gobierno. Desde hace un año, el mandatario lidia con una severa crisis económica por la escasez de dólares y combustibles; lo anterior, ha generado protestas ciudadanas desde abril.

Por su parte, en marzo su gobierno admitió que por la falta de dólares no pudo importar carburantes en su totalidad; y es que la petrolera estatal importa un 90 por ciento de diésel y más de 50 por ciento de gasolina.

Esta crisis también ha repercutido en los precios de la canasta familiar; en los primeros tres meses del año, registró una inflación acumulada del 5 por ciento, la más alta en 40 años.