La prestigiosa Universidad de Harvard logró frenar momentáneamente la decisión del Gobierno de Donald Trump que suspendía la matriculación de estudiantes extranjeros, una medida que habría afectado a una cuarta parte del alumnado de la institución.

La jueza Allison D. Burroughs, del Tribunal de Distrito de Massachusetts, emitió este viernes una orden temporal que bloquea la paralización mientras se revisa la demanda presentada por Harvard, que argumenta que la suspensión genera un daño “inmediato e irreparable” para la universidad y su comunidad académica.

Esta suspensión del permiso para recibir a estudiantes internacionales fue anunciada el jueves por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en un contexto de creciente tensión entre la Administración Trump y las principales instituciones educativas. La medida no solo impediría nuevas inscripciones, sino que también obligaría a los estudiantes extranjeros ya matriculados a buscar otras universidades bajo amenaza de perder su estatus migratorio.

Harvard ha respondido con firmeza, señalando que esta revocación afecta gravemente a sus programas académicos, laboratorios y actividades de investigación, y ha presentado una demanda en la que busca revertir la decisión y proteger su derecho a formar parte de la comunidad internacional educativa.

La jueza Burroughs estableció una audiencia para el próximo 27 de mayo, donde ambas partes deberán presentar sus argumentos. Mientras tanto, la suspensión de inscripciones queda en pausa.

Este episodio se suma a otros enfrentamientos legales entre Harvard y la Administración Trump, incluyendo la controversia por la congelación de fondos federales debido a acusaciones sobre políticas de discriminación positiva y disputas relacionadas con la libertad de expresión en el campus.

La batalla entre la universidad más emblemática de Estados Unidos y la Casa Blanca continúa, reflejando un choque profundo sobre la diversidad, la migración y el papel de las instituciones educativas en la sociedad actual.