La presidenta Claudia Sheinbaum negó este viernes que exista un entendimiento con el gobierno de Donald Trump para endurecer las medidas en la frontera entre México y Estados Unidos, luego de que el Pentágono anunciara la expansión de su presencia militar en esa zona.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum fue tajante: “Estados Unidos puede tomar decisiones dentro de su territorio, pero eso no implica que compartamos su enfoque ni que exista un acuerdo entre gobiernos. Nosotros no respaldamos este tipo de acciones”.
La declaración surge tras conocerse que el Departamento de Defensa estadounidense planea incorporar una franja de más de 100 kilómetros a la base militar de Fort Bliss, localizada en las inmediaciones de El Paso, Texas. La medida forma parte de un esfuerzo por restringir aún más el paso migratorio a través de la frontera sur.
En paralelo, la embajada estadounidense en México emitió un mensaje dirigido a migrantes, advirtiendo que cualquier persona que cruce sin autorización por las zonas recientemente designadas como “áreas de defensa nacional” se enfrentará a severas sanciones, incluyendo detenciones y procesos judiciales.
Frente a este panorama, Sheinbaum insistió en que el fenómeno migratorio debe tratarse desde una perspectiva de cooperación y desarrollo regional. “La migración no es un asunto de seguridad nacional. Es un tema social que debe atenderse con políticas humanitarias y soluciones estructurales”, afirmó.
El despliegue militar anunciado por Washington refuerza el control del Pentágono sobre temas migratorios, marcando una continuidad en la política de mano dura adoptada por Trump desde su regreso al poder.
Desde enero, cuando el republicano asumió nuevamente la presidencia, las cifras de detenciones por cruces irregulares han caído significativamente. En febrero se reportaron menos de 30 mil arrestos, frente a los más de 120 mil que se registraban mensualmente durante la administración de Joe Biden.
El actual gobierno estadounidense también ha revocado beneficios migratorios, intensificado redadas internas y ejercido presión sobre México para contener el flujo de migrantes y drogas, logrando que se desplegaran más de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional en el sur del país.