Los desastres naturales causan hasta 2.3 billones de dólares en pérdidas económicas reales; diez veces más de lo que se calcula como costo de los daños.
Así lo dio a conocer un informe de Naciones Unidas, que alertó sobre el crecimiento del monto a medida que se intensifique la crisis climática. Asimismo, destacó que los países en desarrollo cargarán “con la peor parte”; entre otras razones, por la deuda que deben contraer para sufragar los gastos de respuesta y rehabilitación tras la catástrofe.
Por ello, señaló que las decisiones que se tomen ahora, especialmente en cuanto a planificación territorial, inversiones y modelo energético, determinarán la exposición de las poblaciones a futuros riesgos.
Uno de los ejemplos más alarmantes es el derretimiento del glaciar Thwaites, en la Antártida; este podría provocar un aumento del nivel del mar de más de medio metro. Lo anterior amenazaría infraestructuras costeras que tienen un valor superior a los 1.8 billones de dólares.
Esta situación afectaría gravemente a los estados insulares, como Kiribati y las Islas Marshall; así como a megaciudades costeras como Nueva York o Yakarta, indica el informe.
Desastres naturales y compañías de seguros
Otro costo que consideró la ONU por los desastres naturales son las primas de seguros; y es que las compañías empezarían a retirarse de ciertos lugares porque no les resultaría rentable seguir ofreciendo seguros allí.
Por otra parte, la ONU advirtió que el 96 por ciento de los recursos destinados a la asistencia de desastres naturales va para la respuesta a la emergencia; sin embargo, apenas el 4 por ciento se invirtió en prevención y preparación.
El informe también exhibió grandes desigualdades; y es que mientras en 2023 Norteamérica perdió 69 mil 570 millones de dólares por desastres naturales, lo que representó solo el 0.23 por ciento de su PIB; las pérdidas de Micronesia ese mismo año, de 4 mil 300 millones, significaron el 46.1 por ciento del PIB.
