En una sola jornada, más de 1.190 personas cruzaron el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones para ingresar de forma ilegal al Reino Unido, según datos oficiales del Ministerio del Interior británico. Se trata del mayor flujo diario registrado en 2025, lo que reaviva el debate sobre seguridad y gestión migratoria en la región.
Mientras tanto, las autoridades francesas rescataron a unos 200 migrantes cerca de sus costas. El aumento de cruces ocurre poco después de un trágico incidente en el que una mujer y un niño murieron al intentar la travesía desde Francia, lo que ha intensificado las críticas a las políticas migratorias vigentes.
Crisis humanitaria en el Canal
La ruta marítima que separa el norte de Francia del Reino Unido se ha vuelto cada vez más letal. Solo en 2024, al menos 78 personas fallecieron intentando alcanzar territorio británico, una cifra récord desde que comenzaron los registros. A pesar de los riesgos, más de 36.800 migrantes completaron el cruce ese mismo año, según las cifras gubernamentales.
Los recientes naufragios y rescates evidencian la urgencia de medidas efectivas para garantizar la seguridad de los migrantes y frenar las actividades de redes de tráfico humano que operan en la zona.
Un nuevo enfoque del gobierno británico
El primer ministro Keir Starmer busca marcar un giro en la política migratoria británica. Durante una visita oficial a Albania, anunció que su gobierno está en conversaciones con varios países para instalar “centros de retorno”, donde se alojarían migrantes cuya solicitud de asilo haya sido rechazada.
Según Downing Street, el objetivo es evitar que los solicitantes rechazados utilicen mecanismos legales para quedarse en el país. Aunque Starmer evitó mencionar naciones específicas, su visita a Tirana generó especulaciones sobre una posible cooperación con Albania, como ocurrió anteriormente con Italia.
Precedentes en Europa y desafíos legales
Italia firmó en 2023 un acuerdo con Albania para trasladar migrantes mientras se evaluaban sus solicitudes, pero el proceso ha enfrentado críticas legales y desafíos diplomáticos. Edi Rama, primer ministro albanés, indicó que el acuerdo fue una excepción y que rechazó propuestas similares de otros gobiernos, incluido el Reino Unido.
El actual Ejecutivo laborista también descartó el polémico plan de deportaciones a Ruanda, implementado por la administración anterior. Starmer calificó esa estrategia como un “truco político” sin fundamento legal ni ético.
Cooperación con Albania: un modelo replicable
Durante su visita a Albania, Starmer destacó que la colaboración bilateral redujo los cruces ilegales desde ese país de 12.000 en 2022 a apenas 600 en 2024. Esta disminución ha sido atribuida a una comisión conjunta de seguridad y repatriación que, según el primer ministro británico, podría servir de modelo para alianzas similares con otras naciones de los Balcanes Occidentales.
La relación entre ambos países ha pasado de la tensión diplomática a una cooperación estructural con apoyo financiero británico, sobre todo en regiones albanesas con altos índices de emigración.
El nuevo repunte migratorio en el Canal de la Mancha pone a prueba las políticas fronterizas del Reino Unido y su capacidad de implementar alternativas sostenibles. Aunque se exploran acuerdos bilaterales y nuevas estrategias de retorno, la urgencia humanitaria sigue latente. El debate continúa abierto, tanto en Londres como en Bruselas.