En medio de los preparativos rumbo a Los Ángeles 2028, Imane Khelif, oro en París 2024, quedó inesperadamente en el centro del debate cuando World Boxing publicó el 30 de mayo su normativa de pruebas obligatorias de sexo y citó su nombre como ejemplo de atleta sujeta a verificación. Dos días después, la entidad reconoció el desliz y comenzó a trabajar para reparar el daño.
Desde que el COI la designó en febrero como autoridad del boxeo olímpico, la organización buscaba fijar criterios de elegibilidad ante la presión de federaciones y deportistas. Al difundir la norma, notificó además a la Federación Argelina que Khelif no competiría en la Eindhoven Box Cup (5-10 de junio) ni en certámenes avalados, salvo que aceptara los estudios biomédicos.
Presión sobre la elegibilidad
La medida pretendía, según la directiva, “garantizar la salud y la seguridad de todos los participantes”. Sin embargo, la mención individual fue criticada por exponer datos sensibles y por contradecir el principio de confidencialidad que la propia norma pregona.
La carta que provocó la reacción
En la misiva divulgada, se reiteraba que la boxeadora argelina no estaba “suspendida”, pero sí condicionada. Horas después, World Boxing retiró la carta del sitio y admitió su responsabilidad.
Rectificación y disculpa oficial
El lunes siguiente, el presidente Boris van der Vorst remitió una nueva carta a Argelia para “ofrecer una disculpa formal” y garantizar que la privacidad de la atleta será respetada. Recalcó que la política será aplicada por especialistas médicos independientes sin prejuzgar.