El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, lanzó una nueva campaña para identificar y detener a personas migrantes indocumentadas. La iniciativa fue presentada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) e incluye un llamado directo a la ciudadanía para colaborar con las autoridades.
La invitación se difundió mediante una imagen que recuerda al histórico “Tío Sam”, símbolo patriótico estadounidense, acompañado de un número de contacto del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Esta campaña marca una intensificación en la política migratoria del gobierno republicano.
¿Qué implica esta campaña migratoria?
El cartel compartido por el DHS apela al nacionalismo, representando a un hombre con vestimenta alusiva a la identidad estadounidense. El mensaje sugiere que reportar a personas indocumentadas es un deber cívico.
Diversos activistas y expertos han reaccionado de inmediato. Sam Worthington, defensor de derechos humanos, acusó que esta estrategia promueve “una variante estadounidense del fascismo del siglo XXI” y responsabiliza a los migrantes como “chivos expiatorios”.
Críticas desde el ámbito legal y social
El abogado de migración Aaron Reichlin-Melnick expresó su preocupación sobre el impacto que esta política puede tener en el respeto al Estado de derecho. Afirmó que la campaña pone en riesgo valores fundamentales como la igualdad de derechos y la integridad de la administración pública.
Por su parte, Jorge Mario Cabrera, portavoz de CHIRLA, comparó la iniciativa con los esfuerzos propagandísticos de las guerras mundiales. “Es como si se tratara de una guerra contra los migrantes”, señaló.
Impacto y percepción pública
Francisco Moreno, director del Consejo de Federaciones Mexicanas (Cofem), argumentó que estas acciones podrían violar principios constitucionales. Añadió que la administración Trump aplica medidas que deshumanizan a la comunidad migrante.
Asimismo, el analista político Hernán Molina destacó que el enfoque del gobierno se basa en una ideología “antidiversidad y antimigrante”. Subrayó que para el oficialismo, los migrantes son vistos como una amenaza a la identidad nacional.
Un discurso que se intensifica en un contexto político
El académico Javier Urbano interpretó la campaña como una estrategia para recuperar popularidad. Afirmó que el discurso antimigrante ha sido históricamente rentable para Trump y que su uso podría intensificarse conforme se aproximan nuevos procesos electorales.