Dos exmilitares colombianos fueron detenidos recientemente en Michoacán durante una operación contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este hecho evidencia el interés constante del crimen organizado por incorporar agentes extranjeros altamente entrenados.

La presencia de exmilitares en organizaciones delictivas no es nueva. Desde hace más de dos décadas, cárteles mexicanos han reclutado a personas con formación militar para entrenar células de sicarios y mantener el control en zonas de conflicto.

Nacionalidades y funciones especializadas

En los últimos seis años, los cárteles han incorporado extranjeros de al menos seis nacionalidades: colombianos, guatemaltecos, israelíes, ucranianos, rusos y holandeses. La principal motivación es su experiencia con armas, explosivos y estrategias tácticas.

Especialistas indican que estos perfiles son valorados por su capacidad de adiestrar y comandar, especialmente en operaciones de combate y manejo de armamento especializado, como minas terrestres, drones y rifles de alto poder.

Adiestramiento para dominar territorios hostiles

Uno de los casos más antiguos documentados ocurrió en 2005, cuando fueron detenidos militares guatemaltecos desertores del grupo Kaibiles, contratados por Los Zetas. Desde entonces, esta estrategia se ha intensificado en cárteles como el CJNG y el de Sinaloa.

La masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, evidenció el nivel de entrenamiento al que acceden estos grupos. Según investigaciones, las técnicas utilizadas correspondían a métodos del ejército guatemalteco.

Letalidad como ventaja estratégica

Armando Rodríguez Luna, del Colectivo Casede, explicó que los cárteles reclutan expertos para incrementar su capacidad de violencia. Su objetivo es enfrentar con ventaja tanto a grupos rivales como a las fuerzas del Estado.

Luis Leal, politólogo de la Universidad de Copenhague, señaló que los cárteles buscan no solo derrotar a sus enemigos. También intentan intimidar a la población civil para imponer el control territorial a través del miedo.

CJNG y Cártel de Sinaloa, diferentes tácticas

El CJNG prefiere el uso de fuerza letal mediante explosivos y drones, mientras que el Cártel de Sinaloa apuesta por el adiestramiento táctico e inteligencia operativa. Ambos cárteles han sido vinculados con la contratación de exmilitares colombianos y europeos.

Casos como el de “El Holandés” y “El Perris” reflejan la sofisticación alcanzada. Sus características físicas les permiten operar armamento como rifles Barrett sin apoyo mecánico, algo difícil para sicarios con contextura promedio.