Una denuncia presentada el viernes pasado en Los Ángeles ha puesto al cineasta Tyler Perry en el centro de una controversia legal. El actor Derek Dixon lo acusa de múltiples delitos, incluidos acoso sexual, agresión sexual y violencia de género, supuestamente ocurridos durante su participación en la serie The Oval, producida por Perry para BET.
La demanda, que también involucra a TPS Production Services, empresa del director, señala una serie de comportamientos que, según Dixon, comenzaron tras conocer a Perry en 2020. El actor asegura que rechazó avances sexuales del productor y fue objeto de represalias profesionales.
Las acusaciones en detalle
Dixon sostiene que Perry utilizó su posición de poder para ejercer presión psicológica y emocional con fines sexuales. Entre los incidentes narrados en la demanda se encuentran presuntos toqueteos, amenazas de eliminar personajes de sus producciones como forma de chantaje, y agresiones físicas dentro del set de grabación y en la casa del director en Georgia.
El actor alega haber sufrido estrés postraumático como consecuencia de los supuestos abusos, lo que lo llevó a abandonar el proyecto y presentar su denuncia ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC).
Respuesta del equipo legal de Perry
El abogado Matthew Boyd, representante de Perry y su empresa, calificó las acusaciones como parte de una “extorsión”. En declaraciones a Entertainment Weekly, afirmó que Perry no cederá ante lo que considera una demanda infundada y está confiado en que el caso será desestimado.
Contexto y posibles repercusiones
La denuncia no sólo apunta a conductas individuales, sino también a una supuesta “estructura de explotación” que favorece los abusos de poder en la industria del entretenimiento. Además, subraya un “patrón de conducta” en el que Perry habría repetido este tipo de dinámicas con otros actores aspirantes.
La suma reclamada por Dixon asciende a 260 millones de dólares en concepto de daños punitivos.
El caso contra Tyler Perry se suma a otras denuncias recientes que visibilizan el desequilibrio de poder en el mundo del espectáculo. Por ahora, la investigación sigue en curso, y las partes se preparan para un proceso legal que podría extenderse durante meses.