Una decisión que incomoda
Pam Bondi, fiscal general de Estados Unidos, declaró a México como adversario en la lucha contra el narco. Esta postura quedó formalizada en un informe entregado al Congreso estadounidense. México aparece junto a países como Irán, Rusia y China en la nueva lista de amenazas globales.
Bondi argumentó que los cárteles mexicanos son “organizaciones terroristas transnacionales” y culpó al gobierno mexicano de permitir su expansión. Según la fiscal, México no ha hecho lo suficiente para frenar el flujo de fentanilo y otras drogas que terminan en EE.UU.
Las declaraciones de Bondi, respaldadas por senadores republicanos como Marco Rubio, se basan en cifras crecientes de muertes por sobredosis y violencia ligada al tráfico. Además, el documento propone aumentar sanciones económicas y suspender tratados de cooperación bilateral en caso de no ver avances.
Respuesta de México
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó tajantemente la designación de adversario. Calificó la postura como “intervencionista” y exigió respeto a la soberanía mexicana. Agregó que EE.UU. también tiene responsabilidad, por ser el mayor consumidor de drogas y por permitir el tráfico de armas hacia México.
El canciller Juan Ramón de la Fuente sostuvo reuniones de emergencia con diplomáticos estadounidenses. Afirmó que el diálogo debe continuar, pero con respeto mutuo. También señaló que México está dispuesto a revisar la cooperación bilateral, siempre que no se impongan condiciones unilaterales.
Analistas consideran que esta clasificación de adversario es un riesgo político. Puede afectar acuerdos comerciales y migratorios, además de comprometer operativos conjuntos contra el narco.