La presidenta Claudia Sheinbaum celebró la reducción del impuesto a las remesas en efectivo incluido en el plan fiscal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, actualmente en debate en el Senado estadounidense. El nuevo gravamen será del 1 por ciento, y no del 5 por ciento como se planteó originalmente.
Durante la conferencia matutina del 30 de junio en Palacio Nacional, Sheinbaum detalló que más del 90 por ciento de las remesas se envían por transferencias electrónicas, las cuales no estarán sujetas a este nuevo impuesto. Aclaró que el cobro aplicará únicamente para los envíos en efectivo desde EE.UU. hacia México.
Apoyo a paisanos afectados
La mandataria informó que el Gobierno mexicano brindará apoyo a los connacionales que envíen remesas en efectivo. El plan incluye un reembolso del 1 por ciento a través de la tarjeta Finabien, conocida también como Tarjeta Paisano.
“Para quienes envían dinero en efectivo, que es un porcentaje muy pequeño, vamos a reembolsar ese impuesto mediante la tarjeta Finabien”, expresó Sheinbaum, quien destacó este resultado como un logro de las comunidades mexicanas en el extranjero.
Debate en el Senado de EE.UU.
El Senado de Estados Unidos comenzó el debate del plan fiscal impulsado por Trump el 30 de junio, tras más de 16 horas de lectura en voz alta del proyecto como parte de una maniobra de los senadores demócratas para retrasar el avance legislativo.
La Cámara Alta aprobó formalmente el inicio del debate por una votación de 51 a 49. El texto legislativo contiene más de 900 páginas y contempla reformas fiscales, incluyendo el nuevo impuesto del 1 por ciento a las remesas enviadas en efectivo.
Próximos pasos legislativos
El Senado dispone ahora de 20 horas para debatir y proponer enmiendas. Una vez aprobada la versión final, el proyecto regresará a la Cámara de Representantes. Después, será enviado a la Casa Blanca para que el presidente Trump lo ratifique.
El Ejecutivo estadounidense busca firmar el paquete fiscal antes del 4 de julio, Día de la Independencia. Sin embargo, la falta de consenso entre los republicanos podría retrasar el proceso.