Rusia descartó alcanzar sus objetivos en Ucrania por la vía diplomática, horas después de ejecutar el mayor ataque aéreo desde el inicio de la guerra en 2022. Más de 500 drones y misiles fueron lanzados durante la noche contra varias ciudades ucranianas, principalmente Kiev, lo que dejó 23 personas heridas.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que la “operación militar especial” continuará, ya que actualmente “no es posible” lograr sus metas por medios pacíficos. Esta postura fue confirmada luego de una llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin, la cual finalizó sin avances.
Bombardeo récord contra Ucrania
El ataque aéreo incluyó 539 drones y 11 misiles, de los cuales 478 fueron interceptados, según el ejército ucraniano. En Kiev, periodistas de AFP reportaron múltiples explosiones y sonidos constantes de drones acercándose, mientras decenas de personas buscaron refugio en estaciones de metro.
“Nunca había ocurrido un ataque así”, relató Timur, residente de Kiev. La fuerza aérea de Ucrania lo calificó como el bombardeo más intenso desde febrero de 2022.
Reacciones y tensión internacional
Durante una conferencia, el presidente Volodímir Zelenski condenó el ataque como una nueva muestra de que Moscú no tiene intenciones reales de terminar la guerra. Aseguró que, mientras no haya presión internacional contundente, Rusia continuará con su estrategia destructiva.
El canciller ucraniano, Andrii Sibiga, también criticó al Kremlin por su “absoluta desconsideración” hacia los esfuerzos internacionales de paz. Los ataques se producen en un contexto en el que Estados Unidos ha reducido el envío de armamento a Ucrania, generando preocupaciones sobre la capacidad de defensa del país.
Rusia también bajo ataque
Ucrania ha intensificado el uso de drones contra territorio ruso. En las últimas horas, una mujer murió al impactar un dron contra un edificio residencial en una región fronteriza, según informó un gobernador local.
A pesar del incremento de la violencia, ambos países llevaron a cabo un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, resultado de un acuerdo indirecto facilitado en Estambul.