El Instituto Politécnico Nacional (IPN) integrará inteligencia artificial (IA) a sus modelos de predicción meteorológica para mejorar la precisión en el pronóstico de fenómenos extremos como huracanes, sequías y olas de calor o frío. La medida busca reforzar los protocolos de protección civil ante el aumento de estos eventos por el cambio climático.
Leodegario Sansón Reyes, coordinador del Programa de Ingeniería Meteorológica de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Ticomán, informó que la IA permitirá reducir tiempos de procesamiento en los modelos numéricos, con el fin de emitir alertas tempranas más precisas.
Formación de meteorólogos con herramientas tecnológicas
Con la incorporación de la primera generación de ingenieros en Meteorología, el IPN planea aplicar metodologías modernas que integran variables atmosféricas y tecnologías de radar y satélites para generar pronósticos puntuales y más confiables.
Sansón Reyes destacó que los futuros meteorólogos trabajarán con datos avanzados para identificar correlaciones entre índices atmosféricos y la formación de lluvias o ciclones. Esto permitirá anticipar con mayor exactitud los riesgos ambientales.
IPN, pionero en Ingeniería en Meteorología en México
El IPN es la primera institución educativa del país que ofrece esta ingeniería. Actualmente, la primera generación está conformada por 20 estudiantes que cursan el segundo semestre. El plan de estudios fue diseñado en coordinación con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y recomendaciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Como parte de su formación, los alumnos han analizado casos recientes como la rápida intensificación de ciclones en el Océano Pacífico, incluyendo el huracán Erick que impactó Oaxaca y Guerrero, así como lluvias torrenciales en el centro del país.
Rediseñar estrategias ante riesgos climáticos
El especialista del IPN subrayó la urgencia de actualizar los métodos para calcular zonas inundables en México. Esto permitiría a las autoridades ajustar sus planes de emergencia y reducir la vulnerabilidad de la población frente a eventos climáticos extremos.