En la región de Tierra Caliente, Michoacán, comunidades cercanas a Apatzingán siguen sufriendo ataques del crimen organizado. El 2 de julio, en Chandio, un dron con explosivos atacó una vivienda, hiriendo a un menor de dos años y forzando el desplazamiento de varias familias.
Las agresiones incluyen enfrentamientos armados, explosiones con drones y minas antipersona en caminos rurales. Estas acciones han convertido los senderos en peligrosos “caminos del horror”, explica el Observatorio Regional de Seguridad Humana de Apatzingán.
Asedio, drogas y desplazamiento forzado
En abril, se reportó un éxodo masivo en El Guayabo y El Alcalde, obligando a habitantes a huir. El 25 de junio se registraron violentos combates cerca del puente del Pitayo entre cárteles Jalisco y Caballeros Templarios, luego de la caída de un puente. Estas confrontaciones desplazaron nuevamente a residentes locales.
Minas antipersona: amenaza y tragedia
Soldados mexicanos desactivaron minas en El Alcalde tras alertas de vecinos. A inicios de abril y abril, dos agricultores resultaron heridos o muertos por minas en parcelas de limón cercanas a la zona. Desde 2022, el Observatorio ha documentado explosiones y hasta 10 muertos por minas entre 2024 y 2025.
Desplazamiento forzado intermitente
El Observatorio señala un patrón: muchas familias huyen de forma intermitente, sin refugios formales. Van y vienen para revisar sus propiedades, con temor a ser identificadas o atacadas, aunque sin garantizar la seguridad al regresar.
Violencia en otras zonas de Michoacán
El 19 de junio hubo violencia en Zitácuaro, dejando un niño de 5 años muerto y otros menores lesionados. El 20 de junio, Francisco Villa (Tuzantla) se quedó deshabitada tras amenazas criminales. En mayo, 68 personas de la Sierra del Capulín fueron desplazadas tras exigirles dinero para no ser asesinadas o reclutadas.