Al menos decenas de migrantes detenidos en el recién inaugurado centro Alligator Alcatraz, ubicado en los Everglades de Florida, han denunciado las condiciones infrahumanas que enfrentan. Reportan calor extremo, humedad alta, escasez de agua potable y alimentos en mal estado, además de falta de acceso a atención legal y médica.

Según testimonios de detenidos, familiares y abogados, las instalaciones consisten en carpas improvisadas con problemas de electricidad y saneamiento, contradictorias a las afirmaciones oficiales de que el lugar cumple con los estándares requeridos.

Condiciones precarias

Migrantes como Vladimir Miranda y Leamsy Izquierdo han denunciado situaciones alarmantes. Mencionan temperaturas cercanas a 40°C y falta de agua para la higiene personal. Los baños están insalubres y hay mosquitos constantemente. Las luces permanecen encendidas todo el día. Cuando fallan los generadores, se corta la electricidad y el suministro de agua.

Abogados han denunciado que la comida es insuficiente y en mal estado, además de que se limita el acceso a asistencia médica y representación legal. La organización World Relief reportó prohibiciones para practicar la fe religiosa, incluida la confiscación de biblias.

Infraestructura y controversias

El centro se construyó en dos semanas sobre un humedal con caimanes y pitones. Está ubicado en una zona de alto riesgo por huracanes. El presupuesto inicial fue de 450 millones de dólares. Sin embargo, documentos de FEMA indican que el costo ya supera los 600 millones.

Funcionarios estatales defienden las condiciones y rechazan las denuncias como falsas. Sin embargo, autoridades locales, como la alcaldesa de Miami-Dade, han solicitado acceso al lugar, monitoreo constante y un plan de evacuación ante emergencias.