Chespirito: El legado de una televisión que ya no existe
Lejos quedaron aquellos años dorados de la televisión mexicana, en donde los programas apostaban por la originalidad y el entrenamiento. Aquella cartelera chica que reunía a las familias mexicanas en torno al televisor de casa, como si de un ritual obligatoriamente voluntario se tratara. De entre toda la programación, hubo una serie de programas que destacó del resto, todos provenientes del mismo barril mental y que sin querer queriendo marcarían un antes y después en la historia de México. Desde “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada”, el nacimiento de “El Chapulín Colorado”, y el programa número uno de la televisión humorística “El Chavo del 8”; Chespirito se plasmaría en el imaginario colectivo mundial, con un humor sencillo pero universal y transgeneracional, influenciando décadas de entretenimiento e inspirando a las generaciones futuras de humoristas hispanohablantes.
Una nueva mirada: el regreso de Chespirito en formato serie
Con la llegada de la serie de HBO Sin querer queriendo, el misticismo alrededor de la figura de Roberto Gómez Bolaños resurgiría. Reveló que el interés sobre su vida y obra era sutil, pero nunca ausente. La serie, creada por Roberto Gómez y Paulina Gómez (hijos de Chespirito), apostó por recapturar este interés intermitente en Chespirito. Narrando de manera episódica cada uno de los instantes clave de su vida que sirvieron de inspiración para sus programas. Al mismo tiempo, desentraña su vida personal, tomando en cuenta sus aciertos, errores y fracasos por igual.
Lo de Margarita y Roberto ya se sabe, lo que no se sabe son las consecuencias que pueda traer, imposible tomarlo por el lado amable. Descubre lo que viene en el próximo episodio de #Chespirito: #SinQuererQueriendo. pic.twitter.com/Q8aI3of5f5
— HBO Max Latinoamérica (@StreamMaxLA) July 15, 2025
Entre fábula y realidad: el tono de la serie
La miniserie se presenta como un homenaje emocional y documentado. Escrita por los hijos del comediante, con finos toques de realismo y elementos de fábula. Muestra tanto su genio creativo como su dimensión humana y contradictoria. En ese sentido, la serie juega con el tono meloso y romántico de la inspiración e ideas de Chespirito. Toda su travesía, dificultades y actos de rebeldía para poder alcanzar su sueño de entretener y sacar sonrisas. Al mismo tiempo, genera un contraste abrupto con los escándalos y controversias que surgieron una vez que alcanzó la fama.
El morbo como motor del interés actual
Esta colisión de ideas ha generado un efecto de morbo en el público. Convirtió a la serie en una de las más vistas en HBO Max desde su estreno. El público quiere conocer tanto el trasfondo de sus programas más icónicos como los desacuerdos y discusiones que llevaron al rompimiento y decadencia de El Chavo del 8, centrándose principalmente en su relación con Florinda Meza y la enemistad con Carlos Villagrán.
¿Un ídolo cancelado? El juicio contemporáneo
Hoy en día, muchos reniegan públicamente de su gusto por Chespirito. Aquel que creó un lenguaje humorístico universal, que con arquetipos profundamente latinoamericanos dio voz y visibilidad a la realidad de millones. Es ahora visto por algunos como una figura anticuada o problemática. En una época que exige perfección y no perdona errores, Chespirito ha sido reducido a meme o a blanco de crítica fácil. Sin embargo, su legado persiste. Porque incluso en este mundo que finge haberlo superado, todavía hay risas que le pertenecen.
Chespirito como espejo de lo que somos
Renegar de Chespirito es también, en cierto modo, renegar de nosotros mismos. Su obra no solo llenó horas de televisión. Llenó silencios sociales, tendió puentes entre generaciones y creó personajes que reflejaban con ternura nuestras carencias, costumbres y contradicciones. El niño huérfano, el superhéroe cobarde, el profesor idealista, la vecindad ruidosa y solidaria. Todos ellos eran espejos de una identidad compartida por millones de hogares en México y América Latina. Su humor —blanco, absurdo, a veces repetitivo— era también un refugio. Un consuelo que cruzó fronteras, clases sociales y décadas.
Un idioma común que aún se habla
Desde Argentina hasta Perú, desde México hasta España, el universo de Chespirito fue, y sigue siendo, una especie de idioma común. Por eso, más que ver en él solo al personaje polémico del pasado. Conviene entenderlo como un pilar de la cultura popular que moldeó nuestra forma de reír, de vernos y de contarnos. Porque al final, cuando uno se burla de Chespirito, muchas veces lo hace desde un lugar que él mismo ayudó a construir.
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