Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y líder de la banda Black Sabbath, falleció a los 76 años, según informó su familia a través de un comunicado reproducido por el diario Daily Mirror. El mensaje señala que el músico murió «rodeado de amor», y que en estos momentos piden privacidad para atravesar el duelo.
La noticia conmociona al mundo de la música, especialmente después de que Ozzy ofreciera un último concierto en junio, considerado su despedida definitiva de los escenarios.
Un legado inigualable
Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham, Inglaterra, Ozzy creció en una familia trabajadora. Su infancia estuvo marcada por la dislexia y una fuerte conexión con la música. A los 14 años, escuchar a The Beatles lo inspiró a soñar con una carrera en el escenario.
Dejó la escuela a los 15 y tuvo problemas con la ley antes de encontrar su rumbo. Fue junto a Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward que formó Black Sabbath, banda pionera del heavy metal. Su álbum Paranoid (1970) los catapultó al éxito y consolidó a Ozzy como un ícono cultural.
Altibajos y su resurgimiento como solista
En medio de la fama, su vida estuvo marcada por el alcohol y las drogas, lo que afectó su primer matrimonio y provocó su expulsión de Black Sabbath en 1979. Sin embargo, Sharon Osbourne, quien luego se convertiría en su esposa y manager, lo ayudó a retomar su carrera como solista con el proyecto Blizzard of Ozz.
Ozzy también se convirtió en figura mediática con su reality The Osbournes y fue reconocido con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.