Más de 3,500 personas fueron evacuadas en dos provincias del norte de Turquía afectadas por incendios que continúan fuera de control. Las autoridades atribuyen la gravedad del fenómeno a la ola de calor y a los fuertes vientos que dificultan su extinción.

El incendio principal comenzó el sábado en una colina boscosa cerca de Bursa, la cuarta ciudad más poblada del país con tres millones de habitantes. Aunque el fuego ha perdido fuerza, unas 1,750 personas fueron evacuadas de tres comunidades cercanas para garantizar su seguridad.

Situación crítica en Bursa y Karabük

En la provincia de Bursa, un bombero de 38 años falleció tras sufrir un ataque al corazón durante las labores de extinción, a pesar de estar en recuperación de una operación. Mientras tanto, en Karabük, un incendio declarado el miércoles en zonas cercanas al mar Negro mantiene en alerta a las autoridades.

En Karabük se evacuaron aproximadamente 1,800 habitantes de 19 aldeas. Los bomberos combaten las llamas con 21 helicópteros, dos aviones y más de 360 vehículos terrestres.

Condiciones climáticas que agravan los incendios

Las temperaturas en ambas provincias alcanzan hasta 37 grados. La sequedad del terreno, causada por meses sin lluvias, y los fuertes vientos favorecen la propagación de los incendios.

En otras regiones del país, como las zonas costeras del Egeo y el Mediterráneo, también se reportan incendios severos. Allí, los termómetros se acercan a los 45 grados y se prevé que la ola de calor continúe hasta agosto.

Tragedia en Eskisehir

La lucha contra los incendios no ha estado exenta de tragedias. El miércoles por la noche, diez miembros de los equipos de extinción murieron en la provincia de Eskisehir. Además, 14 resultaron heridos. El grupo quedó rodeado inesperadamente por las llamas. Este incidente representa una de las peores pérdidas recientes en este tipo de emergencias.