Una tormenta de arena azota el sur y centro de Perú desde el pasado 31 de julio, afectando zonas como Ica, Pisco, Paracas, Nasca; así como extensiones hacia Lima, Arequipa, Moquegua y Tacna. La intensidad del fenómeno sorprendió tanto a autoridades como a la población local.

Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), se trata de una variante del conocido “viento Paracas”; con ráfagas que alcanzaron entre 40 y 50 kilómetros por hora, suficientes para levantar grandes cantidades de arena y polvo del desierto; así como generar densas nubes que redujeron la visibilidad a menos de dos metros en distintos distritos.

Dicho evento fue promovido por la interacción del movimiento del anticiclón del Pacífico Sur y una zona de baja presión costera. Esto impulsó vientos paralelos y perpendiculares al litoral peruano, acompañados de subsidencia atmosférica, que al combinarse levantaron arenas del desierto hacia zonas urbanas.

Ráfagas superan los 40 km/h

Rosario Julca, especialista del SENAMHI, indicó que las ráfagas superaron los 40 km/h en Ica y llegaron a los 44 km/h en algunas localidades de Nasca; generando verdaderas lluvias de arena visibles desde decenas de metros.

En Ica, distritos como Yauca del Rosario sufrieron daños considerables; una vivienda quedó inhabitable y otras 24 resultaron afectadas por desprendimientos de techos y estructuras ligeras. como consecuencia de los vientos intensos. Asimismo, se reportaron caídas de postes, árboles y láminas en vías públicas en Lima y Arequipa.

Se presentaron problemas respiratorios, especialmente entre niños, adultos mayores y personas con afecciones crónicas; lo anterior, debido a la alta concentración de partículas de polvo y arena en suspensión. Las mascarillas, lentes y el uso de paños húmedos se convirtieron en medidas de supervivencia básica.

El SENAMHI emitió una alerta naranja vigente hasta el domingo 3 de agosto, anticipando que los vientos continuarán con velocidades entre 30 y 35 km/h en la costa central, y posiblemente más altos en el sur específicamente en Ica.

Maíz, el principal alimento afectado

En tanto, la agricultura resultó fuertemente afectada. Miles de hectáreas de maíz listas para cosechar se vieron sepultadas por arena en las zonas de Tacna y Arequipa; apenas un mes antes del inicio de la recolección. Agricultores locales estiman pérdidas millonarias, agravadas por créditos agrícolas impagables ahora que la cosecha se perdió por completo.

Por su parte, el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) y el COEN instaron a permanecer en espacios cerrados; esto, durante las ráfagas más fuertes, asegurar techos, ventanas y estructuras ligeras; también, evitar permanecer cerca de postes eléctricos o árboles, y reportar emergencias de inmediato.