Rusia intensificó su ofensiva contra Ucrania en la madrugada del sábado, lanzando un “ataque masivo” con 537 drones y 45 misiles. La Fuerza Aérea de Ucrania logró derribar 548 de estos proyectiles, pero al menos tres personas murieron y 37 resultaron heridas, según informó Ivan Fedorov, jefe de la administración militar de Zaporiyia.
Este ataque se produce en el contexto de una creciente violencia en la guerra, que escaló el jueves con el segundo mayor bombardeo aéreo ruso sobre Kyiv, donde se dispararon 629 proyectiles, causando al menos 23 muertes, entre ellas la de cuatro niños.
El bombardeo coincide con la preparación del presidente ruso Vladimir Putin para asistir a una cumbre de seguridad en China este fin de semana, donde será el “invitado principal” del desfile militar del presidente chino Xi Jinping en Beijing. La visita de Putin se da en medio de la presión internacional para que cese su invasión a Ucrania, pero hasta ahora no se han dado señales de un acuerdo de paz o de diálogo con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
Zelensky expresó su frustración por el uso del tiempo de las conversaciones internacionales para planificar nuevos ataques: “Está absolutamente claro que Moscú utilizó el tiempo destinado a preparar una reunión a nivel de líderes para organizar nuevos ataques masivos”, dijo.
Mientras tanto, el Estado Mayor de Ucrania confirmó este sábado ataques contra las refinerías de petróleo de Krasnodar y Sizransky en el suroeste de Rusia, intensificando así el conflicto a nivel territorial y estratégico.