Un subteniente y un soldado del Ejército de Colombia fueron rociados con gasolina y, posteriormente, quemados a manos de civiles mientras ejecutaban una operación antidrogas en la vereda Siloé, municipio de Villagarzón, Putumayo.
Los hechos ocurrieron el miércoles, mientras los oficiales buscaban destruir un laboratorio ilegal de procesamiento de pasta base de cocaína; presuntamente, las instalaciones pertenecían a la disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ante los hechos, civiles enardecidos decidieron atacar a los oficiales. Tras ello, el subteniente Miguel Ángel Mejía Gutiérrez resultó con quemaduras en aproximadamente 75 por ciento del cuerpo, incluyendo el rostro. Por su parte, el soldado profesional Sebastián Díaz Amaya sufrió quemaduras en cerca del 30 por ciento de su cuerpo.
Tras el ataque, los militares fueron auxiliados en el sitio y evacuados en helicóptero hacia Florencia, Caquetá; allí recibieron atención médica inicial. Posteriormente, fueron trasladados al Hospital Militar en Bogotá para cuidados especializados.
Ya buscan a responsables
Según el Alto Mando Militar, se identificó que la agresión no fue espontánea, sino instigada por los Comandos de Frontera, quienes bajo coerción movilizaron a la comunidad para atacar a los uniformados.
Por su parte, el Ejército Nacional anunció que posee imágenes de los atacantes y se encuentra en proceso de identificarlos. Además, se ofreció una recompensa de hasta 200 millones de pesos a quien brinde información que lleve a su captura.
Es importante destacar que este brutal ataque es parte de una escalada de violencia en 2025; donde ya se registraron más de 30 asonadas contra la Fuerza Pública, algunas de ellas con secuestros, en zonas como Nariño, Meta, Cauca, Caquetá, Huila, Valle del Cauca y Guaviare. El uso de la población civil como escudo ha sido una táctica recurrente de grupos armados ilegales.
