El exdirector de la aduana de Tampico (2023–2025), actualmente testigo protegido de la FGR con clave «Santo», reveló que una red afiliada a la organización de Los Primos —liderada por los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías— operó una red de huachicol fiscal en ese puerto.
Según su declaración, buques con combustible de contrabando arribaban regularmente a Tampico, cada uno pagando una cuota de soborno de 1 millón 750 mil pesos, utilizada para corromper personal naval y aduanal.
Extensa corrupción aduanera y naval
Seis buques desembarcaron millones de litros de hidrocarburos en 12 a 14 maniobras sospechosas entre octubre de 2024 y enero de 2025. La operación fue posible mediante manifiestos falsificados, complicidad de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) y personal adscrito a diversas áreas.
Santo confesó haber distribuido casi 25 millones de pesos en sobornos entre funcionarios clave, incluyendo cargos como subdirector, jefes de departamento y verificadores.
Colapso institucional en Tampico
La red contó con apoyo desde niveles medios hasta altos dentro de la aduana. Funcionarios como el subdirector de operaciones, jefes de vigilancia, verificadores y otros líderes logísticos recibieron pagos que facilitaban el contrabando de combustible en detrimento del erario público.
El quiebre y la confesión ante la FGR
La ruptura ocurrió el 19 de abril, cuando Santo preparó dos maletas con unos 30 millones de pesos. Ese mismo día, sus familiares habían sido alertados de un supuesto secuestro. Esto llevó a que acudiera a la FGR con el dinero, confesara los hechos y se ofreciera como testigo colaborador.