Una manifestación organizada este sábado en Países Bajos contra la migración y la recepción de solicitantes de asilo culminó con graves disturbios en La Haya. La protesta fue convocada por la organización cristiana de derechas Els Rechts y reunió a unas mil 500 personas en Malieveld.

Los hechos ocurrieron este sábado cuando, tras un inicio pacífico, grupos de personas comenzaron a bloquear una autopista cercana; esto provocó la intervención de la policía y el evento fue suspendido antes de las 17:00 horas, debido a la escalada de violencia.

Y es que algunos manifestantes, muchos de ellos encapuchados, lanzaron piedras, palos y botellas contra vehículos oficiales. Incluso, un coche patrulla fue incendiado, aunque el fuego fue sofocado.

Por su parte, la policía respondió con cañones de agua; además, tras la emisión de una orden de emergencia por parte del alcalde Jan van Zanen, se autorizó el uso de gas lacrimógeno. Por ello, los participantes se dispersaron por distintas zonas del centro de La Haya, complicando las labores de contención.

Helicópteros sobrevolaron durante incidente

Uno de los momentos más tensos se produjo frente a la sede nacional del partido progresista D66. Allí, manifestantes rompieron ventanas y prendieron fuego a un contenedor. Las sirenas y el sobrevuelo de helicópteros continuaron durante varias horas, mientras las fuerzas de seguridad intentaban retomar el control.

Durante la manifestación, se escucharon gritos como “AZC, weg ermee” (“¡Centros de asilo, fuera con ellos!”) y “Wij zijn Nederland” (“¡Nosotros somos Países Bajos!”). Varios asistentes vestían camisetas con mensajes provocativos, y se observaron banderas nacionales junto al estandarte naranja-blanco-azul, símbolo histórico recuperado en la actualidad por movimientos de extrema derecha.

También apareció una bandera con la leyenda “Rip Charlie”, en alusión a Charlie Kirk, activista estadounidense asesinado recientemente; junto a la imagen de Pim Fortuyn, político neerlandés asesinado en 2002.

Cabe mencionar que estos incidentes ocurren en un momento políticamente sensible en Países Bajos. A pocas semanas de las elecciones generales del 29 de octubre, temas como la migración, el acceso a la vivienda y la gestión de centros de asilo dominan el debate público.