Con una lluvia que no logró apagar su entusiasmo, 60 mil seguidores convirtieron el Estadio GNP en un firmamento de pantallas brillantes para recibir a Zoé. El esperado concierto, que inició con casi 50 minutos de retraso este sábado, se transformó en una noche mágica donde la banda demostró por qué sigue siendo un pilar fundamental del rock en español.

León Larregui y su banda no solo brindaron un recorrido por su discografía, incluyendo su más reciente sencillo, sino que sellaron una conexión atemporal con un público que coreó cada canción como un himno personal. La música logró lo imposible: suspender el tiempo entre nostalgia y el presente.

Una Galaxia de Emociones

El escenario cobró vida con los icónicos visuales de “Memo Rex Commander” y un despliegue de luces psicodélicas que complementaron la atmósfera. Tres pantallas gigantes proyectaron siluetas de los músicos y explosiones de color, creando una experiencia sensorial completa.

Sobre el escenario, la formación clásica de Zoé desplegó su sonido característico. Larregui con su voz hipnótica, Sergio Acosta en las guitarras, Jesús Báez en los teclados, Ángel Mosqueda en el bajo y Rodrigo Guardiola con una precisión impecable en la batería.

El Setlist: Un Viaje en el Tiempo

La noche arrancó con un potente viaje al corazón de “Memo Rex”, con temas como “Memorex”, “Vinyl” y “Vía Láctea”, que desató la primera gran ovación colectiva. Canciones como “No me destruyas” y “Nunva” mantuvieron la energía, balanceando entre la intimidad y la potencia explosiva.

El repertorio también incluyó éxitos como “Labios rotos” y “Azul”, junto con su más reciente lanzamiento, “Rexsexex”. Esta última, con su letra que declara “ya no quiero estar online”, resonó irónicamente en una noche donde miles de celulares grabaron el momento.

Zoé reafirmó que su legado trasciende hits y álbumes; se trata de la banda sonora de vidas enteras. ¿Fuiste uno de los afortunados en vivir este concierto bajo la lluvia, o solo lo has visto a través de una pantalla?