El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que está dispuesto a invocar la Ley de Insurrección, que le permitiría desplegar tropas federales para sofocar una rebelión, en respuesta a las acciones legales promovidas por gobiernos demócratas contra sus órdenes de despliegue de la Guardia Nacional.
Incluso podría invocar a contener protestas en el país, como las decenas que se han realizado desde el inicio de las redadas.
Fue el lunes cuando el mandatario hizo un pronunciamiento al respecto, después de que Illinois y Oregón demandaron el despliegue de la Guardia Nacional ordenada por el republicano.
Al respecto, es importante destacar que el control de la Guardia Nacional de un estado suele recaer en el gobernador, a menos de que las unidades se federalicen, como ocurrió en California, pese a la negativa del gobernador Gavin Newsom.
Debido a las recientes determinaciones de Trump, sus detractores afirman que ya sobrepasó los límites tradicionales al utilizar a la Guardia Nacional en todo el país.
Es importante señalar que la Ley de Insurrección es una amalgama de distintos estatutos promulgados por el Congreso de EE. UU. entre 1792 y 1871, de acuerdo con el Centro Brennan para la Justicia, un instituto de pensamiento no partidista que aboga por el Estado de derecho.
En circunstancias normales, la Ley Posse Comitatus prohíbe que el ejército participe en actividades de aplicación de la ley civil. Sin embargo, invocar la Ley de Insurrección suspende temporalmente esta legislación.
Cabe mencionar que la Ley de Insurrección no debe confundirse con la ley marcial, un poder que permite al ejército asumir el papel de gobierno civil en una situación de emergencia.
Fue en 1992 cuando el gobierno de George H.W. Bush hizo uso de la Ley de Insurrección.