La organización humanitaria World Vision dio a conocer que al menos 170 mil personas originarias de América Latina y el Caribe fueron deportadas entre enero y agosto de este año.

De acuerdo con Fabiola Rueda, miembro del organismo, la vulnerabilidad a la que se expusieron en su travesía fue mayor a la de años anteriores debido a la falta de sistemas de servicio en las fronteras, así como países de acogida y de retorno.

Según World Vision, solo en 2024 la migración afectó a 40 millones de personas dentro de América Latina. Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) señaló que el número de niños no acompañados alcanzó cifras récord, lo que refleja los desafíos extremos que esta población enfrenta en sus países, mismos que los obligan a salir de su territorio para buscar una mejor calidad de vida.

Fabiola Rueda advirtió que los presupuestos públicos para los retornados son insuficientes y los fondos de cooperación internacional no alcanzan para atender necesidades urgentes, como refugio temporal, alimentación, acompañamiento psicosocial y procesos de documentación e identidad.

Y es que, detalló, miles de familias migrantes están regresando a sus países de origen o a terceros sin un plan de reintegración; muchas veces endeudadas y bajo amenazas de violencia.

“Empiezan de cero, sin ahorros, sin vivienda y sin una red de apoyo que asegure a sus hijos un futuro digno”, explicó.

Por ello, pidió a los gobiernos asegurar programas de reintegración social, con enfoque en la niñez y garantizando el retorno digno.