El Senado de Brasil autorizó que la ciudad de Belém sea la capital del país durante la celebración de la cumbre climática de Naciones Unidas (ONU) que se realizará entre el 11 y 21 de noviembre.

La medida ya fue aprobada por la Cámara de Diputados, por lo que será el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, quien avale el nombramiento.

La transferencia temporal de capitalidad es de carácter simbólico y ya se hizo durante la cúpula climática Río-92, cuando dicha ciudad también fue capital.

Es importante señalar que la medida pretende reforzar la apuesta de Lula da Silva por Belém. Y es que desde que inició su gestión la ha impulsado de tal manera que no ha dejado de crecer.

Sin embargo, es importante destacar que los altos precios de los alojamientos, alimentados por la especulación ante la llegada de los participantes, ya han llevado a varios países, principalmente africanos, a advertir que quizás no puedan asistir a la cumbre climática.

Pese a ello, el mandatario ha insistido en que la cumbre debe realizarse por primera vez en una región selvática.

Se espera que los debates giren en torno a la reducción de emisiones, la adaptación a los impactos inevitables del cambio climático; así como las vías para concretar la transición justa de los combustibles fósiles hacia fuentes renovables.