Delta Air Lines y Aeroméxico impugnaron la orden del gobierno de Estados Unidos, que les exige disolver su empresa conjunta, lo que les permitía operar en el mercado transfronterizo y coordinar precios, entre otras medidas.
El recurso fue presentado el mes pasado ante el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito, mismo que se hizo pública el viernes.
La empresa conjunta de las aerolíneas llevaba casi nueve años en funcionamiento, pero en julio pasado el Departamento de Transporte de Estados Unidos propuso retirarles la unidad antimonopolio.
Un mes después, en agosto, las compañías se pronunciaron contra la determinación y pidieron una prórroga para seguir operando. Ambas pidieron que el plazo sea hasta el 28 de marzo de 2026, cuando finaliza la “temporada de invierno” del sector.
Sin embargo, para septiembre, el Departamento del Transporte ordenó revocar la inmunidad a partir del 1 de enero del próximo año. Lo anterior, pese a que la medida traería consigo una “carga operativa y financiera”.
Y es que Delta advirtió que su alianza con Aeroméxico genera casi 4 mil empleos en Estados Unidos; así como más de 310 millones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense.
De igual forma, advirtió que hasta 800 millones de dólares en beneficios anuales para los consumidores podrían evaporarse; en tanto, dos docenas de rutas podrían ser canceladas y aviones más pequeños reemplazarían a los ya existentes.
Cabe mencionar que la sociedad de Delta con Aeroméxico representa el 60 por ciento de los vuelos de pasajeros desde el Aeropuerto de la Ciudad de México a Estados Unidos. Con ello, se convierte en la cuarta puerta de entrada internacional más grande hacia y desde la Unión Americana.
Asimismo, la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) contabiliza un flujo de viajeros de 40 millones entre México y Estados Unidos.