En apenas un año, la fortuna de la familia de Donald Trump se disparó al pasar de 4 mil 400 millones de dólares a 7 mil 700, dieron a conocer Bloomberg y Forbes.

Con este incremento, volvió a figurar en el grupo de las 500 mayores fortunas del planeta, además de evidenciar la relación entre el poder político y la acumulación privada de la riqueza.

Y es que, tras su derrota electoral en 2020, el republicano afrontó un periodo financiero complejo. La carga de los procesos judiciales, junto con la desconfianza de los grandes bancos, redujo su margen de maniobra.

Sin embargo, su retorno a la Casa Blanca trajo un “renacimiento” económico. En menos de un año, su valor neto casi se duplicó impulsado por sus bienes raíces, su plataforma Truth Social y un entramado de nuevas empresas vinculadas al mundo de las criptomonedas.

Es importante mencionar que, en su primer periodo ganó más de 1.6 mil millones de dólares, de acuerdo con sus declaraciones tributarias personales.

Ante la noticia, la organización de protección al consumidor Public Citizen acusó que se trata de “la mayor corrupción en la historia presidencial” de EE. UU.

En respuesta, Donald Trump Jr., hijo del mandatario, calificó los señalamientos como “tonterías completas”. Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que “ni el jefe del Ejecutivo ni su familia han participado ni participarán en asuntos financieros que conlleven conflictos de intereses”.