Estados Unidos informó que cárteles del narcotráfico mexicanos, en presunta colaboración con el movimiento Antifa, habrían puesto precio a la vida de agentes federales en ciudades como Chicago. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) aseguró que cuenta con información de inteligencia “creíble” sobre recompensas dirigidas contra personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y de la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

Las autoridades señalaron que las amenazas se producen en un contexto de redadas migratorias en Chicago, donde desde hace meses se realizan operativos que han generado protestas. El presidente Donald Trump anunció recientemente el despliegue de la Guardia Nacional para reforzar estas acciones, pese a la oposición del gobernador de Illinois y del alcalde de la ciudad.

Según el DHS, los cárteles habrían difundido un esquema de recompensas con distintos niveles: 2 mil dólares por obtener información personal de agentes, entre 5 mil y 10 mil dólares por secuestros o agresiones no letales, y hasta 50 mil dólares por el asesinato de altos mandos.

El comunicado también indicó que en ciudades como Portland y Chicago, grupos vinculados a Antifa habrían brindado apoyo logístico, incluyendo material para manifestaciones y labores de vigilancia sobre agentes federales.

Las fuerzas de seguridad reportaron la presencia de pandillas como los Latin Kings en azoteas de Chicago, equipadas con armas y radios para rastrear en tiempo real los movimientos de los agentes. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que los oficiales enfrentan emboscadas, drones de vigilancia y amenazas de muerte.

De acuerdo con datos oficiales, los ataques contra personal de ICE se han incrementado en un 1000% en el último año, lo que refleja la magnitud del riesgo en las operaciones migratorias.

La lucha contra la inmigración ilegal se mantiene como uno de los ejes centrales del segundo mandato de Donald Trump. Sin embargo, estas medidas han generado fuertes críticas de la oposición demócrata, que cuestiona tanto el despliegue militar como la estrategia de seguridad en ciudades con alta tensión social.