Culiacán, capital de Sinaloa, enfrenta un repunte alarmante en homicidios dolosos que podría posicionarla nuevamente entre las cinco ciudades más violentas del mundo. Así lo advirtió Miguel Calderón Quevedo, coordinador general del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), quien atribuyó el incremento a la narcoguerra interna del Cártel del Pacífico iniciada en septiembre de 2024.

Entre enero y septiembre de 2025 se han registrado mil 435 homicidios dolosos en el estado. Sin embargo, al considerar el periodo desde el estallido del conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza, la cifra asciende a 2 mil 171 asesinatos. Esta tendencia coloca a Culiacán en el pronóstico internacional de violencia urbana.

Calderón recordó que en 2024 la ciudad volvió al listado de las 50 urbes más violentas del mundo, del cual había salido en 2023 tras 14 años consecutivos. “No solo regresamos, sino que estamos entre los primeros cinco”, lamentó el funcionario en entrevista con el medio Noroeste.

Además del impacto en seguridad pública, el coordinador del CESP señaló que la violencia representa un obstáculo para el desarrollo económico y turístico de Sinaloa. “Sin condiciones de seguridad, no hay inversión ni actividad escolar o laboral”, afirmó.

Ante este panorama, Calderón hizo un llamado a reforzar las estrategias de prevención del delito y mejorar la coordinación entre los tres niveles de gobierno para evitar que Culiacán repita su posición en el ranking mundial de violencia.

La noche del viernes 17 de octubre, autoridades de Culiacán informaron sobre la detención de cuatro personas implicadas en el asesinato de dos agentes de Tránsito Municipal. Entre los detenidos se encuentra Edgar Zamudio Rosales, de 23 años, exjugador de las fuerzas básicas del club Tigres.

Los otros tres implicados fueron identificados como Pilar Guadalupe “N”, Alejandro “N” y Carlos Abraham “N”, de 15 años. La captura se logró tras una persecución armada que recorrió varios sectores de la ciudad y culminó en el bulevar Leyva Solano, frente al Parque Revolución.

Durante el operativo, las fuerzas federales aseguraron un arsenal compuesto por seis armas largas, cuatro armas cortas, cuatro granadas, 35 cargadores, cofres para ametralladora y cartuchos de diversos calibres.