En los últimos días, la imagen del actor Alejandro Landero viviendo en su camioneta en la colonia Condesa ha conmocionado al público. El artista, conocido por telenovelas como «Rosa Salvaje» y «Pasión y Poder», enfrenta esta difícil circunstancia tras un veto profesional en Televisa y una depresión por la pérdida de su padre.

A pesar de todo, Landero no se considera desamparado y aclara que la información sobre un abandono familiar es falsa. Su actual situación es un capítulo más en la montaña rusa de su vida, que ahora transita con la claridad de un diagnóstico de autismo y nuevos proyectos personales.

La carrera de Landero se forjó bajo la tutela del productor Valentín Pimstein. Sin embargo, un veto en Televisa, sumado a su salida de TV Azteca, cerró las puertas de la televisión. El actor reflexiona que un «ego lastimado» pudo influir, pero no asegura la causa exacta de su alejamiento.

Tras su salida de la pantalla chica, el actor se reinventó en múltiples oficios. Fue productor de deportes, maestro de teatro y vendedor de tiempos compartidos en Puerto Vallarta.

Landero está molesto por las notas que, sin verificar, han dañado a su familia política. Aclara que su expareja lo ha acompañado en las noches frías y que su familia nunca lo abandonó. Ellos son su principal soporte emocional en este momento.

Rechaza buscar ayuda en la Asociación Nacional de Actores o en La Casa del Actor. Para ingresar a este último refugio, tendría que separarse de sus cuatro gatos y su perro, sus compañeros desde hace 14 años, a quienes considera su familia.

El actor revela que de niño lidió con una «falta de identidad» que hoy comprende como autismo. Este diagnóstico tardío le da una nueva perspectiva y un propósito: ayudar a otros. Incluso planea un proyecto de turismo incluyente en Puerto Vallarta, con menús en braille y capacitación para personas con su misma condición.

Su plan es compartir su experiencia a través de un canal de YouTube, usando su historia para crear conciencia y apoyo.