La Universidad Nacional aún conserva una leve esperanza de avanzar al Play-In del torneo Apertura 2025. Sin embargo, su clasificación depende no solo de ganar sus dos últimos encuentros, sino también de una serie de combinaciones favorables entre los equipos que lo superan en la tabla.

Han pasado ya 14 años desde aquel Clausura 2011 en que Pumas levantó su último título, con Javier Cortés venciendo a Federico Vilar en la final. Desde entonces, la sequía universitaria se ha prolongado y, en esta campaña, el panorama no es alentador.

El conjunto dirigido por Efraín Juárez ocupa actualmente la posición 13 con 15 puntos, fuera de la zona que da acceso al Play-In. El cierre del torneo le presenta dos duelos decisivos: el primero ante Tijuana, este domingo en Ciudad Universitaria, y el segundo frente a Cruz Azul, en el estadio Cuauhtémoc.

Para conservar posibilidades matemáticas, Pumas está obligado a ganar ambos encuentros. De lograrlo, sumaría 21 puntos y podría aspirar a colarse entre los doce mejores equipos, aunque dependería de los resultados de Tijuana (8º), Juárez (9º), Santos (10º), San Luis (11º) y Atlas (12º).

El calendario ofrece algunos cruces que podrían favorecer al cuadro auriazul. Tijuana enfrentará a Atlas en la última jornada; los rojinegros medirán fuerzas con el líder Toluca antes de enfrentar a los fronterizos; y Juárez se enfrentará a San Luis, lo que garantiza que al menos uno de ellos perderá puntos.

Pese a estas combinaciones posibles, el principal reto de Pumas es reencontrar la consistencia que no ha mostrado a lo largo del torneo. La última vez que consiguió enlazar dos victorias fue en las Jornadas 7 y 8, cuando superó a Atlas y Mazatlán.

Con dos partidos restantes y una distancia que parece insalvable, Universidad Nacional afronta el cierre del Apertura 2025 con la esperanza intacta, pero consciente de que necesita un auténtico milagro para mantenerse con vida en la competencia.