La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó de “cobarde y vil” el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, que fue atacado a balazos el pasado sábado 1 de noviembre, durante la inauguración de un acto público en su municipio, al oeste de Michoacán.

La mandataria aseguró que el Gobierno federal desplegará “toda la fuerza del Estado” para esclarecer el homicidio. Además, reiteró que la estrategia de seguridad se centra en la justicia y no en la militarización, al tiempo que prometió cero impunidad en este caso.

El asesinato de Manzo se suma a una serie de hechos violentos en la región, en lo que va del año, siete alcaldes han sido asesinados en México, tres de ellos en Michoacán. El mismo día del ataque, también fueron ultimados en su domicilio Alejandro Torres Mora —sobrino del exlíder de autodefensas Hipólito Mora— y su esposa.

La entidad atraviesa un periodo crítico, pese a que el Gobierno federal había destacado recientemente una reducción del 32% en homicidios dolosos a nivel nacional. Sin embargo, los políticos locales continúan siendo blanco del crimen organizado.

De acuerdo con el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, Manzo contaba con protección desde diciembre de 2024 y en mayo de este año se le asignaron 14 elementos adicionales de la Guardia Nacional. Durante el ataque, uno de sus escoltas repelió la agresión y abatió a un atacante, mientras otros dos presuntos responsables fueron detenidos, hasta el momento la Fiscalía estatal continúa con las investigaciones.

El asesinato provocó conmoción en Uruapan y en todo el país. El cortejo fúnebre se transformó en una protesta ciudadana, mientras en Morelia se registraron manifestaciones frente al Palacio de Gobierno. La presidenta Sheinbaum pidió sensibilidad ante el dolor de la comunidad, aunque también criticó lo que consideró un uso político del crimen por parte de la oposición.

El PRI emitió un posicionamiento en el que calificó la situación de violencia como una muestra del “estado fallido” que vive México, señalando que la estrategia de seguridad ha fracasado y exigiendo justicia para las víctimas. El partido llamó a la reconciliación nacional y a mantener una postura crítica frente al Gobierno federal, al que responsabilizó de la crisis de inseguridad.

Por su parte, el presidente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, condenó enérgicamente el homicidio y lo describió como un reflejo del abandono del Estado frente a la violencia. “La inseguridad no distingue colores ni partidos. Lo que está en juego no es la política, es la vida de las personas”, expresó. El dirigente panista exigió resultados inmediatos y aseguró que Acción Nacional seguirá acompañando a las familias que reclaman justicia y paz.

El homicidio de Carlos Manzo refleja la vulnerabilidad de los gobiernos locales frente al crimen organizado y reabre el debate sobre la estrategia de seguridad en México. Mientras el Gobierno federal promete justicia, la oposición exige cambios de fondo y resultados inmediatos. La ciudadanía, en medio de este escenario, demanda paz y garantías para vivir sin miedo.