En Ginebra se reúnen delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y varios países de la Unión Europea para discutir el plan de paz de 28 puntos presentado por el presidente estadounidense Donald Trump. La propuesta, elaborada en coordinación con Rusia, ha generado rechazo en Kiev y entre los europeos, quienes cuestionan varios apartados del documento.
La reunión cuenta con la participación del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, el enviado especial para misiones de paz, Steve Witkoff, y el secretario del Ejército, Dan Driscoll. Por parte de Ucrania, encabezan la delegación Andri Yermak, jefe de Gabinete de Volodímir Zelenski, y el negociador Rustem Umérov. También asisten asesores de política exterior de Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, junto con representantes de la Comisión y el Consejo Europeo.
El documento establece que Ucrania limite su Ejército a un máximo de 600 mil efectivos tras la guerra, renuncie a ingresar en la OTAN y se retire de las zonas que aún controla en el Donbás, que quedarían desmilitarizadas y reconocidas como parte de Rusia. Además, las regiones de Jersón y Zaporiyia se dividirían según la línea del frente al momento del cese de hostilidades.
Actualmente, Ucrania cuenta con cerca de 900 mil soldados y ha insistido en mantener unas Fuerzas Armadas robustas para disuadir futuras agresiones rusas. El plan también contempla que la central nuclear de Zaporiyia distribuya electricidad de manera equitativa entre ambos bandos, y que Zelenski convoque elecciones en un plazo de cien días tras la entrada en vigor del acuerdo.
El documento incluye garantías de libertad religiosa, reconocimiento del idioma ruso en educación y medios, y la prohibición de ideologías nazis en Ucrania. Asimismo, prevé amnistía para los actores implicados en la guerra y la utilización de activos rusos congelados en Occidente para la reconstrucción de Ucrania, bajo liderazgo estadounidense. Rusia, por su parte, sería reintegrada al sistema internacional de comercio.
