La Fiscalía General del Estado de Michoacán confirmó que la explosión ocurrida el pasado 6 de diciembre en Coahuayana fue provocada por un artefacto explosivo activado a distancia. El hecho revela un mayor nivel de sofisticación en las tácticas empleadas por grupos criminales en la región.
El fiscal Carlos Torres Piña explicó que los peritajes muestran una evolución en los métodos de ataque, pues ahora se utilizan detonaciones remotas para reducir riesgos a los agresores y amplificar el impacto mediático. La Fiscalía estatal ya cuenta con imágenes de los presuntos responsables que habrían detonado el dispositivo colocado en una camioneta Dodge Dakota con placas de Michoacán.
Torres Piña señaló que el análisis se realiza en conjunto con autoridades de Colima y dependencias federales de seguridad. Añadió que se han identificado los rostros de quienes presuntamente accionaron el artefacto mediante un dispositivo a larga distancia.
Sobre la clasificación del ataque, el fiscal precisó que el delito de terrorismo se configura cuando las agresiones se dirigen contra población civil y no únicamente contra autoridades. En este caso, se continúa evaluando la tipificación jurídica.
La autoridad estatal indicó que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) estaría detrás del ataque. Por ello, la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo el caso bajo la línea de investigación de delincuencia organizada.
Este episodio refuerza la preocupación por la escalada técnica de la violencia criminal en Michoacán. El gobierno federal mantiene vigente el Plan Michoacán, estrategia que busca enfrentar la crisis de seguridad en la entidad mediante acciones coordinadas entre fuerzas estatales y federales.
