La clasificación de varias selecciones al Mundial de Fútbol 2026 quedó marcada por una controversia ajena al terreno de juego. Haití, Irán, Costa de Marfil y Senegal aseguraron su boleto deportivo a la Copa del Mundo; sin embargo, sus aficionados enfrentan un serio obstáculo para acompañarlos en Estados Unidos, una de las sedes principales del certamen.

El problema surgió tras la proclamación firmada por el presidente estadounidense Donald Trump, la cual restringió el ingreso de ciudadanos de determinados países por motivos migratorios y de seguridad. Aunque el documento contempló excepciones para futbolistas, cuerpos técnicos y directivos, estas facilidades no aplicaron para los seguidores que pretendían viajar únicamente como aficionados.

Para Haití, la situación resultó especialmente dolorosa. La selección volvió a un Mundial después de más de 50 años, despertando una enorme ilusión entre su diáspora, que finalmente vio limitada la posibilidad de alentar desde las gradas. Un escenario similar se vive con Irán, cuya afición encontró grandes dificultades para obtener visas turísticas.

Costa de Marfil y Senegal también quedaron incluidas dentro de estas restricciones, generando incertidumbre logística y descontento entre sus hinchas. El caso fue inédito: selecciones clasificadas sin la certeza de contar con su afición en los estadios.

Hasta ese momento, la FIFA no ha emitido una postura oficial, mientras el debate crece en torno al impacto de decisiones políticas en un evento deportivo global.