El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), informó que continúa dando seguimiento a los compromisos de entrega de agua del Río Bravo hacia los Estados Unidos, conforme al Tratado de Aguas de 1944 y sus actas complementarias. La medida responde a la necesidad de garantizar el cumplimiento internacional sin descuidar el abastecimiento nacional.

La Nota Informativa No. 20 detalla que se han identificado acciones extraordinarias para atender estas obligaciones, siempre dentro del marco jurídico y considerando la disponibilidad real de agua en la cuenca mexicana. Entre ellas, se contempla el uso del Río San Juan como fuente adicional, priorizando el consumo humano y el uso agrícola en México.

Las autoridades señalaron que los volúmenes provenientes del Río San Juan se entregarán únicamente cuando exista disponibilidad operativa en el sistema hidráulico. Esta decisión busca equilibrar las necesidades internas con los compromisos internacionales, asegurando que el agua para la población mexicana sea la prioridad.

El uso del Río San Juan como apoyo para cumplir con el tratado tiene antecedentes y se encuentra respaldado por el Artículo 9 del Tratado de Aguas de 1944 y el Acta 331 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Dichos instrumentos legales permiten que México mantenga flexibilidad en el manejo de sus recursos hídricos.

La SRE subrayó que existe una coordinación permanente con los usuarios de la cuenca mexicana del Río Bravo. El objetivo es garantizar que las comunidades que dependen de estas fuentes cuenten con suministro suficiente, al tiempo que se cumplen los acuerdos internacionales.