La Ciudad de México se prepara para sus primeras elecciones como una entidad autónoma, con su propia constitución. Por primera vez los habitantes de la CDMX elegirán a 16 alcaldes -en lugar de delegados-, además de diputados locales -no asambleístas-. Y en la estructura de gobierno de alcaldía aparecerán los concejales.

Luis Enrique Pereda, profesor del departamento de Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), explicó a Verificado 2018 que hay dos aspectos de la nueva constitución de la CDMX que todo capitalino debe conocer: las nuevas capacidades que tendrán los alcaldes, que permitirán que la sociedad civil les exija resolver problemas locales; y la plenitud en el ejercicio legislativo del nuevo Congreso local, que le permitirá legislar sobre más asuntos.

Verificado 2018 explica lo que estos cambios implican a la hora de votar.

Alcaldes capitalinos

Las 16 delegaciones se transformaron en alcaldías. A la cabeza de su estructura estará un alcalde electo por medio del voto popular para un periodo de tres años, con posibilidad de reelegirse, y un grupo de concejales, que varía entre 10 y 15 por alcaldía, dependiendo de la población, quienes serán elegidos a través de una planilla que acompaña a los candidatos.

El alcalde que resulte electo gobernará con 60 por ciento de los concejales que él o ella elija, el resto será asignado con base en la cantidad de votos recibidos por los otros partidos políticos.

Los concejales funcionan como un órgano colegiado, cuya función es supervisar y evaluar las acciones de la alcaldía. De acuerdo con Pereda, este órgano no pretende ser contrapeso del alcalde, sino un equipo de trabajo, que vigila la labor de este. Por el otro lado, la nueva constitución de la CDMX establece que ”en ningún caso ejercerán funciones de gobierno y de administración pública”.

Cada una de las alcaldías tendrán autonomía para la toma de decisiones administrativas, presupuestarias, de seguridad, obra pública, entre otras.

Los alcaldes, junto con el jefe de Gobierno como presidente, conformarán el Cabildo de la ciudad, el cual tendrá sesiones bimestralmente para acordar políticas, opinar sobre proyectos de ley y establecer acuerdos sobre las políticas de la ciudad.

Ahora con voz y voto en reformas constitucionales

Al pasar de Asamblea Legislativa a Congreso local, el poder legislativo de la Ciudad de México tendrá, por primera vez, voz y voto en las reformas constitucionales, tal y como hacen el resto de las 31 entidades federativas del país.

Anteriormente, la Asamblea del Distrito Federal sólo estaba facultada para legislar sobre aquello que le permitía la constitución federal (administración pública local, civil y penal), a diferencia de los otros 31 estados que podían legislar sobre cualquier aspecto que no fuera exclusivo del Congreso de la Unión.

Los 66 asambleístas ahora serán diputados locales: 33 elegidos por mayoría relativa y 33 por la vía plurinominal.

Nuevas facultades del jefe de Gobierno

El próximo jefe de Gobierno tendrá la facultad de designar o destituir a los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de la Procuraduría de Justicia de la ciudad.

Además, el Senado de la República perdió la facultad de destituir al jefe de Gobierno.

Como los gobernadores estatales, el próximo jefe de Gobierno también podrá promulgar leyes y tendrá que proponer el presupuesto de la CDMX.

Largo camino a la autonomía

El Distrito Federal siguió un proceso largo para conseguir su autonomía.

En el texto original de la Constitución Política de 1917, se estableció que el Congreso de la Unión sería el encargado de la legislación de la capital, mientras que el Presidente se encargaría del gobierno por medio de un regente y un departamento administrativo.

Tuvieron que pasar 69 años, para que en 1986 se creara la Asamblea de Representantes, la cual recibió el reconocimiento parcial de los derechos políticos locales, así como de cierta autonomía legislativa. Fue hasta 1996 que se transformó en Asamblea Legislativa y obtuvo mayores facultades a la par que los ciudadanos obtuvieron el derecho de elegir, por primera vez, al Jefe de Gobierno.

Desde 2001, la Asamblea Legislativa presentó la propuesta de reforma constitucional para convertir al Distrito Federal en una entidad autónoma, pero fue hasta diciembre de 2015 que se aprobó.