Miles de argentinos inundaron el viernes el centro de la capital argentina para protestar por la decisión del gobierno de solicitar asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional.

En el día de la Revolución de Mayo, que dio inicio a la independencia de Argentina en 1816, numerosos manifestantes marcharon envueltos en banderas albicelestes. También portaban pancartas en las que protestaban contra la alta inflación y las alzas en el combustible y el transporte.

Los manifestantes causaron embotellamientos porque bloquearon algunas de las arterias más transitadas de la ciudad durante la marcha, organizada por algunos de los sindicatos más grandes del país y por grupos de derechos humanos, además de contar con la participación de músicos, actores y otros artistas populares.

El presidente Mauricio Macri anunció hace un par de semanas que iniciaría conversaciones con el FMI en busca de una línea de crédito para financiar al gobierno luego de una fuerte devaluación del peso.

La decisión de Macri generó preocupación entre los argentinos, muchos de los cuales culpan al FMI de imponer políticas que causaron la implosión económica del país en 2001 y el impago de 100.000 millones de dólares en bonos en 2002. Debido a la crisis, uno de cada cinco argentinos perdió su trabajo.

En su primera declaración pública desde el anuncio de Macri del 8 de mayo, la expresidenta Cristina Fernández señaló el viernes que era una “tragedia” pedir asistencia al FMI.

Fernández y su finado esposo y predecesor, Néstor Kirchner, renegociaron o pagaron la mayor parte de la deuda argentina después del colapso económico, mantuvieron bajos los precios de la energía con subsidios y canalizaron ingresos fiscales para la entrega de ayudas sociales a los pobres.

Por algunos años, Argentina tuvo un veloz crecimiento impulsado por la demanda china de productos agrícolas, pero esa demanda disminuyó, y el crecimiento económico mermó. Macri heredó de Fernández numerosos problemas económicos, incluida una inflación de un 30%.

Desde que asumió la presidencia en 2015, Macri se ha concentrado en reducir el gasto del gobierno y poner fin a las distorsiones económicas a las que se atribuyen las alzas en los precios al consumidor. Macri tiene el crédito de haber resuelto una añeja disputa con los acreedores para que Argentina regresara a los mercados internacionales de crédito.

Pero ha enfrentado protestas laborales después de ordenar el despido de miles de empleados públicos y de subir las tarifas a los servicios públicos aun cuando los argentinos siguen perdiendo poder adquisitivo con una de las tasas de inflación más elevadas del mundo.

“Todas las políticas que se han iniciado en su gobierno son en contra de la clase baja, de la clase trabajadora e incluso de la misma clase media”, declaró el manifestante Marcos Mino. “La presión que está ejerciendo sobre el pueblo es mucha”.

Según un sondeo de la encuestadora D’Alessio Irol/Berensztein, 75% de los argentinos considera negativo solicitar asistencia al FMI. El sondeo se efectuó en mayo, abarcó a 1.077 personas y tuvo un margen de error de tres puntos porcentuales.