El presidente Donald Trump sembró el viernes confusión entre los republicanos que pretenden aprobar una iniciativa de ley de inmigración en la Cámara de Representantes cuando manifestó que no firmaría una propuesta “moderada”. Pero la Casa Blanca enmendó esas declaraciones, apoyó formalmente la medida y señaló que el mandatario se había confundido.
Los líderes republicanos intentan dar los toques finales a un par de iniciativas republicanas: una propuesta estricta de la derecha y otra que fue negociada por las alas conservadora y moderada del partido, con comentarios de la Casa Blanca. Solo este último proyecto abriría la puerta a la naturalización de los inmigrantes jóvenes traídos de forma ilegal a Estados Unidos cuando eran niños, y limitaría la separación de los menores de sus padres si son arrestados al cruzar la frontera, una práctica que ha sido condenada por ambos partidos en los últimos días.
“Estoy revisando ambas”, manifestó Trump cuando se le preguntó sobre las propuestas en el programa “Fox & Friends” del canal Fox News. “Desde luego que no firmaré la más moderada”, agregó.
La declaración de Trump causó confusión en el Capitolio y puso en riesgo los planes de los republicanos para votar ambas iniciativas de ley la próxima semana. Los líderes legislativos difundieron un plan de trabajo de la siguiente semana que incluía “posible consideración” de las iniciativas en materia de inmigración.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo a sus colegas hace unos días que Trump apoyaba la propuesta intermedia, y el asesor de la casa Blanca, Stephen Miller, un radical en materia migratoria que ha sido acusado de tratar de sabotear acuerdos previos de inmigración, dijo a legisladores conservadores en una reunión a puerta cerrada que el presidente apoyaba la medida.
Pero un alto funcionario de la Casa Blanca señaló después que Trump había hecho declaraciones equivocadas al creer que su entrevistador de Fox le preguntó sobre un plan de los republicanos moderados _abandonado por el momento_ que habría obligado a votar un puñado de iniciativas y posiblemente orillado a la Cámara de Representantes a aprobar versiones liberales a las que los líderes del partido se oponen. El funcionario solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre conversaciones internas.
El entrevistador había preguntado específicamente si Trump apoyaba la propuesta conservadora firmada por el representante republicano Bob Goodlatte, o “una más moderada”, y si firmaría “alguna”.
La Casa Blanca emitió después una declaración en la que apoyó formalmente la medida.
“El presidente apoya totalmente tanto la propuesta de Goodlatte como la del liderazgo de la Cámara de Representantes”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah, y agregó que Trump promulgaría “la propuesta de Goodlatte o la del liderazgo”.
Trump también intervino vía Twitter y escribió que cualquiera de las iniciativas “debe contener” financiamiento para construir un muro con México y acotar el actual sistema de inmigración legal. Ambos puntos están incluidos en la iniciativa más moderada.
“¡Vamos por ella! ¡A ganar”, escribió Trump, quien se abstuvo de apoyar explícitamente la medida negociada.
A pesar de sus choques en políticas, ambas facciones republicanas buscan que las votaciones tengan lugar para mostrar sus posiciones a sus electores. Además, los líderes del partido intentan superar un tema que divide a los republicanos, lo que complica sus esfuerzos para retener el control en la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre.
Se considera que la medida más conservadora será rechazada. Los líderes del partido han alentado esperanzas de que la versión negociada podría ser aprobada; sin embargo, el apoyo de Trump será crucial. Su rechazo sería un revés embarazoso y tal vez fatal.
Los conservadores son recelosos de una iniciativa que proteja de la deportación a los inmigrantes que llegaron ilegalmente y la consideran una amnistía.
Después de que Trump emitió sus declaraciones en Fox, el representante republicano Patrick McHenry, dijo a la prensa que los líderes buscaban “claridad” de la Casa Blanca. Dejó entrever que los planes de votación de la semana entrante eran reconsiderados.
“Los republicanos en la Cámara de Representantes no abordarán la inmigración sin el apoyo ni aceptación del presidente Trump”, declaró McHenry, el contador de votos número 2 de los republicanos.
Se prevé que los demócratas se opongan a ambas iniciativas republicanas, lo que da a los republicanos poco margen para perder apoyo.
“Cuando el presidente dice que no va a firmarla, solo muestra lo bajo de sus estándares”, dijo la líder de la minoría de la cámara baja, Nancy Pelosi.
La iniciativa negociada podría disponer que los niños cuyas familias son detenidas al cruzar a Estados Unidos sean mantenidos con ellas mientras permanezcan en custodia del Departamento de Seguridad Nacional, que provee el personal de las instalaciones fronterizas y aplica las leyes de inmigración. Los detractores afirman que la separación familiar aún sería posible porque otra agencia podría arrestar a los padres.
Debido a la sensibilidad política del tema, los legisladores republicanos se han distanciado de la política del gobierno de Trump de separar a los menores de sus padres en la frontera sur. La Casa Blanca ha citado la Biblia para defender su postura de “tolerancia cero” para los cruces fronterizos ilegales.
Tanto la iniciativa conservadora como la negociada contemplan financiamiento para el muro en la frontera con México. Ambas contienen cláusulas estrictas para seguridad fronteriza, para poner fin a la lotería de visas y para endurecer las normas que permiten a los naturalizados estadounidenses patrocinar a parientes para que legalicen su condición.
Ambas medidas, aunque cambiantes, contienen cláusulas diseñadas para ayudar a los inmigrantes jóvenes traídos de niños en forma ilegal a Estados Unidos, es decir a los llamados “dreamers”.
Cientos de miles de ellos fueron protegidos con el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés). Trump puso fin a ese programa, aunque cortes federales lo han mantenido funcionando temporalmente. El DACA ha expedido a esos inmigrantes permisos temporales renovables para vivir y trabajar en Estados Unidos, pero no les concede la condición legal permanente.
La versión más reciente de la iniciativa conservadora ampliaría las protecciones del DACA a periodos renovables de seis años. Después, los beneficiarios podrían solicitar la residencia permanente y al final la naturalización.
También cubriría a más menores que llegaron legalmente con padres que han obtenido visas de trabajo.