Debido a que no existen políticas públicas que garanticen el derecho al agua como lo marca el artículo 4to Constitucional, y sumado a que hay procesos de corrupción, desvíos de poder, así como cuencas sobre explotadas, se prevé que en los próximos años exista cada vez más una mayor escasez del vital líquido.
Así lo advirtió Jorge Eduardo Morales Sierra, coordinador el programa sobre derechos económicos, sociales, culturales ambientales en el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana de Puebla; quien recordó que sólo el dos por ciento del agua en el planeta es agua dulce.
“Se está enfrentando cada vez un proceso de escasez más severa”.
Explicó que dicho panorama no sólo pasa en el estado de Puebla, sino a nivel nacional, aunque –matizó- que la entidad poblana es un ejemplo de lo que está pasando.
La escasez del agua, añadió el académico, también se presentará debido al cambio climático, por lo tanto, exhortó a la sociedad en general a avocarse a todo un proceso de medidas de adaptación y mitigación precisamente para un proceso del ambiente que agudizan los problemas de escasez.
“El problema es que en realidad se tiene el derecho al agua en el 4to constitucional pero que no existen procesos legislativos, proceso de políticas públicas que estén acordes al plasmado en la Carta Magna».
Privatizar = a mal servicio
En cuanto a la privatización o no del servicio del agua, Morales Sierra, explicó que tomando en cuenta la experiencia de otros países, refleja que en los sitios y lugares en donde empresas y grupos privados han entrado a procesos de gestión del agua, generalmente no han solucionado los problemas.
“No solucionan ni la accesibilidad física, es decir, utilizan la infraestructura que ya está construida por el gobierno; ni la accesibilidad económica, porque para la población se encarece el servicio”, apuntó.
Debido a ello, el investigador de la Ibero, reiteró que las manifestaciones en contra de la privatización han sido tan renuentes.
“Cada vez hay más conflictos locales por el agua, el estado de Puebla no escapa de eso; pero también más allá de la situación de que solo el 2 por ciento del agua en el planeta es agua con capacidad para ser consumida, otro de los problemas es la distribución, su distribución geográfica pero también social; los procesos de calidad, el proceso de accesibilidad económica, y porque no decirlo, el proceso de apropiación y privatización”.
Por lo tanto, el académico desglosó que en gran medida gran parte de lo que se vive en Puebla está marcando por tres perspectivas:
1.-Se planea que el agua es un bien común, que debería de pertenecer a todos, y que en gran medida, son las comunidades locales, poblaciones de algún sitio quienes deberían de gestionar su preservación, cuidado, y las decisiones.
2.-Desde 2010, el agua es un derecho humano, el estado sería el encargado de generar las condiciones para que la gente pudiera tener acceso en calidad, cantidad, accesibilidad económica, física, disponibilidad para cada una de las personas, y que el agua sobre el consumo humano tiene prioridad para otro tipo de usos.
3.- El agua es un bien escaso, por lo tanto es un bien económico, es decir, que para su proceso de gestión para iniciativa privada es uno de los elementos centrales para encargarse de su proceso de su cuidado.
“En Puebla como estado, comunidades y pueblos, tenemos las tres perspectivas conviviendo en los mismos territorios, y esas tres muy diferentes de concebir el agua hacen que detonen conflictos porque además no hay políticas públicas, existen vacíos legislativos”, lamentó.
¿Por qué un Día Mundial del Agua?
El 22 de marzo es una oportunidad de aprender más sobre temas relacionados con el agua, sirve de inspiración para compartir los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la situación. El Día se remonta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992 en la que se propuso declarar una fecha dedicada a este asunto.
La Asamblea General decidió designar el 22 de marzo de 1993 como el primer Día Mundial. Cada año, ONU-Agua, la entidad que coordina el trabajo de la Organización sobre el agua y el saneamiento, establece un tema para el Día correspondiente a un desafío actual o futuro.