El desacuerdo sobre la frontera de Irlanda podía hacer fracasar las conversaciones para el Brexit con Gran Bretaña, dijo el viernes el principal negociador de la Unión Europea, Michel Barnier.
La cuestión fronteriza es un “requisito previo” para un resultado exitoso en las conversaciones de divorcio, señaló Bernier en declaraciones a la radio France Inter.
Barnier señaló que evitar una frontera entre Irlanda, que forma parte del bloque, y el territorio británico de Irlanda del Norte, es una “condición para la paz y la estabilidad para esta isla tras muchas tragedias”.
La frontera irlandesa será la única terrestre entre Gran Bretaña y la UE tras el Brexit. Ambas partes están de acuerdo en que no debe haber una frontera rígida que afecte a los negocios y residentes de los dos territorios y socave el complicado proceso de paz en Irlanda del Norte. Pero los dos bandos han rechazado las soluciones propuestas por el otro.
Bruselas sugirió que una solución sería mantener a Irlanda del Norte dentro de la unión aduanera del bloque, una opción de Londres rechaza porque supondría establecer controles aduaneros con el resto del país. Gran Bretaña propuso que todo el país siga formando parte de la unión aduanera de forma temporal, pero la UE insiste en que no debe haber límite de tiempo.
Preguntado por si esta cuestión podría hacer fracasar las negociaciones del Brexit, Barnier dijo: “La respuesta es sí”.
El jefe de los negociadores comunitarios agregó que no está seguro de que las partes vayan a alcanzar un acuerdo para la salida de Gran Bretaña del bloque.
“No estoy convencido de este asunto porque la situación política es extremadamente compleja en Gran Bretaña”, explicó Barnier. “Y no sé qué decisión tomará (la primera ministra) Theresa May. Yo quiero un acuerdo; estoy trabajando en ello porque es el interés común”.
Gran Bretaña saldrá oficialmente de la Unión Europea el 29 de marzo de 2019. Si se llega a un acuerdo, durante el periodo de transición para suavizar el Brexit el país seguirá en el mercado único y en la unión aduanera, aunque no formará parte de los órganos de toma de decisiones del bloque. May ha sugerido que la transición podría alargarse, aunque serían apenas unos meses más allá de finales de 2020, la fecha límite propuesta.