Llegar a Estados Unidos pese a las amenazas del magnate Donald Trump es el principal objetivo de los integrantes de la caravana de migrantes; no obstante, algunos consideran que, de no lograrlo, buscarán un empleo honrado en México.
Sin embargo, durante su estancia en nuestro país, se encuentran con carencias o falta de ayuda en los distintos refugios a su paso.
Más de cuatro mil migrantes centroamericanos guardan reposo en el estadio “Jesús Martínez Palillo”, de la alcaldía Iztacalco, un improvisado albergue que se encuentra al 72 por ciento de su capacidad.
No obstante, las estimaciones a apuntan que la cifra real llegaría a 7 mil o más.
Por ello, aunque han recibido frutas y bebidas, la mayoría de los viajantes no ha tenido sus tres comidas del día.
El diario Publímetro consigno que, según los representantes de la Secretaría de Desarrollo y de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, las raciones de comida no siempre alcanzan y los migrantes deben esperar a que lleguen más.
No obstante, las autoridades capitalinas han negado estar rebasadas en cuanto a la entrega de víveres, espacios, ropa y seguridad.
Los primeros migrantes que llegaron al recinto de Ciudad Deportiva montaron pequeñas carpas y se alojaron donde les fue posible: en gradas de concreto, en los exteriores del estadio e incluso en improvisadas casas de campaña en los alrededores.
El llamado éxodo de centroamericanos se fracturó desde hace unos días, por lo que su arribo a la Ciudad de México ha sido de manera alternada y hoy miércoles se prevé que lleguen más migrantes que buscan reagruparse como caravana con rumbo a la frontera con Estados Unidos.
Por otro lado, más de mil integrantes de la tercera caravana, conformada en su mayoría por salvadoreños, se mantiene en Chiapas, al respecto el director de la agrupación Pueblos sin Fronteras, Irineo Mújica, afirmó que los migrantes de El Salvador son más respetuosos,
“(La caravana) es más seria, más disciplinada y respetuosa, aunque también es cierto que las dos anteriores fueron más golpeadas y criminalizadas por el gobierno”, dijo.
En su camino por Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Puebla, hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses, no han cambiado su intención de llegar a Estados Unidos aún con el cansancio, los peligros y las precariedades del trayecto.