Un alto funcionario del máximo tribunal de la Unión Europea opinó el martes que Gran Bretaña podría cambiar unilateralmente de opinión sobre su divorcio del bloque, lo que impulsó las esperanzas de los activistas pro-europeos en el Reino Unido de que el proceso hacia el Brexit se puede frenar.
El gobierno de la primera ministra Theresa May insiste en que nunca revocará la decisión de marcharse, pero May se enfrenta a una batalla muy dura para conseguir el apoyo del Parlamento antes de que los legisladores voten la semana entrante sobre si aceptan o rechazan el acuerdo de divorcio negociado con el bloque.
La derrota dejaría al Reino Unido frente a un caótico Brexit “sin acuerdo” y podría hacer caer a la primera ministra, a su gobierno, o a ambos.
El abogado general Manuel Campos Sánchez-Bordona dijo al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que una posible decisión del gobierno británico de cambiar de idea sobre la invocación del Artículo 50 sería legalmente válida. La valoración del abogado general suele ser a menudo, aunque no siempre, seguida por la Corte.
El tribunal está sopesando el asunto a través de un procedimiento de urgencia dado que Gran Bretaña se separará oficialmente del bloque el 29 de marzo de 2019. La decisión final se conocerá en las próximas semanas.
Dado que el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que aborda la salida de países del bloque, es parco en detalles _ principalmente porque no se contemplaba que ningún estado miembro quisiese abandonar la UE _ un grupo de legisladores escoceses quiere saber hasta qué punto Gran Bretaña puede dar marcha atrás unilateralmente en el proceso.
En una opinión muy esperada, el abogado general informó que el Artículo 50 “permite la revocación unilateral de la notificación de la intención de salir de la UE”.
La consulta da a los partidarios de permanecer en la UE la esperanza de poder dar marcha atrás en la decisión adoptada en 2016.
“Esto hace que la decisión sobre nuestro futuro vuelva a estar en manos de nuestros propios representantes electos, donde pertenece”, informó Jo Maugham, una de las abogadas que presentó el caso.
La Comisión y el Consejo de la Unión Europea están en contra de una revocación unilateral y pidieron un acuerdo unánime adicional de los miembros restantes.
Mientras la corte estudia el caso, contrarios al Brexit aumentan la presión para que se celebre un segundo referéndum sobre la decisión de abandonar el bloque.
En Londres, la primera ministra Theresa May pondrá el destino del acuerdo del Brexit en manos del Parlamento, señalando que los diputados deben respaldarlo para cumplir con la decisión de los votantes de dejar la UE y “crear un nuevo papel para nuestro país en el mundo”.
Está previsto que May se dirija a la Cámara de los Comunes el martes para iniciar cinco días de debate que culminarán con la votación del acuerdo de divorcio entre Londres y Bruselas el próximo 11 de diciembre.
Si no se ratifica el documento, Gran Bretaña enfrentaría un caótico Brexit “sin acuerdo” que podría acabar con la primera ministra, con su gobierno o con ambos.
Antes del debate, el ejecutivo de May enfrenta otro obstáculo con los legisladores por el asesoramiento legal para el acuerdo del Brexit. Los disputados votan una moción para declarar al gobierno en rebeldía por negarse a publicar el asesoramiento completo del fiscal general Geoffrey Cox.