Las tropas estadounidenses empezaron a retirarse este lunes de sus posiciones en el noreste de Siria ante una previsible incursión turca en la región, según indicaron las fuerzas de liderazgo kurdo aliadas con Estados Unidos.

Los combatientes kurdos sirios advirtieron que la repentina decisión de Washington de hacerse a un lado, anunciada por la Casa Blanca el domingo por la noche, trastocará cinco años de logros en la lucha contra el grupo extremista DAESH. En un duro comunicado, acusaron a Washington de no cumplir sus compromisos con aliados clave.

La Casa Blanca no confirmó en un primer momento que las tropas estadounidenses estaban abandonando sus posiciones en el norte de Siria.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sí dijo que los estadounidenses habían iniciado la retirada, y un video compartido por una agencia kurda de noticias mostraba una caravana de vehículos blindados estadounidenses que parecía alejarse de la zona fronteriza de Tal Abyad.

Erdogan habló horas después de que la Casa Blanca anunciara que las fuerzas estadounidenses en el nordeste de Siria se mantendrían al margen ante un previsible ataque turco, despertando el temor sobre el destino de los combatientes turcos que lucharon junto a las fuerzas estadounidenses en los años de batalla para derrotar al grupo extremista DAESH.

Tras nuestra conversación de anoche (con Trump), la retirada ha comenzado como expresó el presidente”, dijo el mandatario turco.

Erdogan no entró en detalles sobre los planes de incursión, aunque dijo que Turquía está decidida a detener lo que percibe como amenazas de los combatientes kurdos sirios.

El comunicado de la Casa Blanca, que no mencionaba el destino de los kurdos, indicó que las tropas estadounidenses “no prestarán apoyo ni participarán en la operación” y “ya no seguirán en la zona inmediata” en el norte de Siria.

Hay unos mil militares estadounidenses en el norte de Siria y un alto cargo de Estados Unidos dijo que se marcharán de la zona y quizá abandonarán el país por completo si se producen combates generalizados entre fuerzas turcas y kurdas.

El comunicado de la Casa Blanca también señaló que Turquía asumirá la custodia de los combatientes extranjeros capturados en la campaña contra el grupo EI, y que están retenidos por las fuerzas kurdas.

Entre ellos hay 2 mil 500 combatientes extranjeros muy peligrosos procedentes de Europa y otros lugares -sus países de origen se han mostrado reacios a repatriarlos- y unos 10 mil combatientes capturados de Siria e Irak.

Las autoridades kurdas han expresado su preocupación por una posible fuga de prisioneros del grupo EI si hay combates en la zona.

Cuando se le preguntó por los comentarios de la Casa Blanca, Erdogan dijo que Turquía y Estados Unidos trabajan por separado para ver “qué pasos se pueden tomar” para repatriar a los combatientes extranjeros detenidos.

Erdogan lleva meses amenazando con lanzar una ofensiva militar transfronteriza. El mandatario considera al contingente sirio kurdo como una amenaza para su país, ya que Ankara combate una insurgencia kurda en territorio turco.

En Estados Unidos, legisladores tanto republicanos como demócratas han advertido que permitir el ataque turco podría suponer una masacre de kurdos y enviaría un preocupante mensaje a los aliados del país en todo el mundo.

Las Fuerzas Democráticas Sirias, como se conoce al contingente de liderazgo kurdo, señalaron que la retirada estadounidense comenzó en las zonas más próximas a la frontera con Turquía.

Las fuerzas estadounidenses no cumplieron sus compromisos y retiraron a sus fuerzas a lo largo de la frontera con Turquía”, indicaron las FDS en un comunicado. “La operación militar turca en el norte y este de Siria tendrá un enorme efecto negativo en nuestra guerra contra DAESH”.

El portavoz de las FDS, Mustafa Bali, tuiteó que su grupo no esperaba que Estados Unidos protegiera el nordeste de Siria, “pero se debe una explicación a la gente aquí sobre el acuerdo del mecanismo de seguridad y la destrucción de fortificaciones”.