Turquía elevó este viernes a 33 el número de soldados fallecidos en un ataque aéreo del gobierno de Damasco contra sus fuerzas en el noroeste de Siria en la víspera. Este es el mayor número de bajas sufridas por las fuerzas de Ankara en un único día desde su primera intervención en Siria en 2016.
Los decesos suponen además una grave escalada en el conflicto directo que comenzó a principios de febrero entre las fuerzas turcas y las sirias, que cuentan con el respaldo de Rusia. Turquía había reportado antes 29 soldados muertos.
Embajadores de los países de la OTAN celebraban una reunión de emergencia hoy a petición de Turquía, que forma parte de la alianza.
Rahmi Dogan, el gobernador de la provincia turca de Hatay, que limita con la región noroccidental siria de Idlib, dijo que 32 soldados estaban siendo tratados en hospitales. En total, 54 soldados turcos han perdido la vida en Idlib desde principios de febrero, incluyendo los del jueves.
Turquía es uno de los principales patrocinadores de la oposición siria, mientras que Rusia ha estado dando apoyo militar a la ofensiva de varias semanas del régiman sirio sobre Idlib, que dejó unos 950 mil desplazados y mató a cientos de civiles.
El Ministerio de Defensa de Rusia explicó este viernes que los soldados turcos atacados en Idlib estaban en “formaciones terroristas de batalla”. Los efectivos de Ankara estaban en la zona de Behun y según las coordinadas dadas al Centro de Reconciliación de Siria, en Rusia, “no había unidades militares turcas en la zona… y no se suponía que estaban (allí)”.
Las fuerzas aéreas rusas no realizaron ataques aéreos, añadió un comunicado que afirmó que, tras recibir información sobre las víctimas turcas, “el bando ruso tomó todas las medidas necesarias para que las fuerzas sirias detuvieran el fuego”.
Por otra parte, Moscú envió dos fragatas con misiles de crucero a Siria, dijeron hoy funcionarios de la Marina rusa.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato y expresó su seria preocupación por el riesgo que enfrentan los civiles ante la escalada de las acciones militares, dijo el vocero de la ONU, Stephane Dujarric.
“Sin acciones urgentes, el riesgo de una mayor escalada crece cada hora”, añadió.
El ataque aéreo se produjo luego de que una delegación rusa pasó dos días en Ankara para conversaciones con las autoridades turcas sobre Idlib.
Turquía acoge a unos 3.6 millones de sirios y en 2016 firmó un pacto con la Unión Europea por el que se comprometía a intensificar sus esfuerzos para frenar la llegada de refugiados a Europa. Desde entonces, en disputas con países del bloque, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado repetidamente con “abrir las puertas”.
Turquía “ya no podía retener a los refugiados” luego del ataque sirio, apuntó Omer Celik, vocero del partido de Erdogan, reiterando la permanente amenaza de Ankara.
La agencia noticiosa DHA reportó que unos 300 refugiados de Siria, Irán, Irak, Marruecos y Pakistán acudieron a la frontera con Grecia, mientras otros se congregaron en playas de la costa oeste, frente a las islas griegas.
Esta mañana, la televisora NTV mostró imágenes de docenas de personas con mochilas, maletas y bolsas de plástico cruzando campos hacia la frontera griega.