Las autoridades sanitarias de México informaron este domingo de que su país acumula 3.465 fallecidos por COVID-19, 112 más que en la jornada anterior, y 35.022 enfermos confirmados, lo que supone un incremento de 1.562 en las últimas 24 horas.

El incremento de fallecidos (3,3 %) y el de enfermos confirmados (4,7 %) es de los más bajos que se han registrado desde finales de abril, cuando el Gobierno mexicano anunció la entrada a la fase de máxima expansión de la enfermedad.

«No necesariamente quiere decir un patrón de reducción de la velocidad de cambio pero vale la pena destacar que ocurre. Sigamos expectantes de cómo se comporta en los siguientes días», expresó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.

Ciudad de México es la zona más afectada con casi 10.000 enfermos y 800 fallecidos, seguido del vecino Estado de México, con unos 6.000 enfermos y 300 fallecidos, y el estado de Baja California, fronterizo con Estados Unidos, con unos 1.600 enfermos y casi 400 fallecidos.

En la conferencia de prensa no se dio información sobre ocupación hospitalaria en los estados, a diferencia de lo que se venía haciendo hasta ahora.

Las autoridades mexicanas previeron el pico de la pandemia entre el 6 y el 10 de mayo, si bien aplazaron el pronóstico del pico para la capital mexicana, foco rojo de la enfermedad, hasta finales de mes.

El 7 de mayo fue el día con más fallecidos registrados en México hasta la fecha, con 257, y también el de mayor número de contagios, con 1.982.

Con 129.000 pruebas realizadas, México es el país que menos test realiza, por lo que su propio gobierno estima que el número de enfermos de COVID-19 es hasta nueve veces mayor al oficialmente registrado.

Las autoridades también consideran que el número real de fallecidos es mayor al computado, dado que hay pacientes que mueren sin que se les haya podido hacer la prueba y un comité científico debe determinar el motivo de su deceso, por lo que este tarda unos días en quedar registrado.

Ante las quejas de personal sanitario por la falta de material de protección para atender a enfermos de COVID-19, López-Gatell recordó que «sigue llegando» el puente aéreo con insumos médicos entre China y México, y que el Gobierno mexicano calculó la llegada al país de más de 11 millones de cubrebocas.

Por otro lado, el funcionario advirtió de que a partir de octubre podría haber un rebrote de COVID-19 junto con el de influenza (gripe) que surge cada año por estas fechas, lo que podría suponer «un reto adicional» para el sistema sanitario mexicano.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene previsto presentar a lo largo de esta semana el plan de reapertura económica y social que seguirá el país para levantar el confinamiento por la pandemia de COVID-19.

El Gobierno de México prohibió las actividades económicas no esenciales durante abril y mayo, aunque no concretó sanciones para las empresas que incumplan esa decisión, e instó a la población a quedarse en casa durante este tiempo, si bien la cuarentena no es obligatoria para no afectar a los millones de personas que viven del comercio informal.

Según las previsiones de las autoridades sanitarias mexicanas, en junio debería comenzar el desconfinamiento.