Foto: Mizpah Zamora

 

El artista de la lente Emilio Méndez presentó este viernes en el Museo Taurino de Huamantla, la exposición Por Brujerías, dedicada al extinto matador de toros Rodolfo Rodríguez “El Pana”.

En un ambiente de nostalgia por la ausencia del bien recordado matador de toros de Apizaco, el también director del portal de noticias taurinas Suerte Matador, presentó 21 gráficas que detallan instantes íntimos dentro y fuera del ruedo de aquel maestro de la tauromaquia.

Emilio Méndez calificó a Rodolfo Rodríguez como un torero romántico que vivió cada momento de su profesión con una afición entrañable.

Compartir las emisiones con “El Pana”, representó para él un cúmulo de sensaciones que le permitieron vivir de especial manera la tauromaquia, máxime cuando se trató del también llamado último romántico de la fiesta de los toros.

La galería fue inaugurada por el fotógrafo que ha recorrido diversos países del orbe taurino, entre los que destacó Francia, sede en la que Rodolfo Rodríguez tuvo un debut de antología y que llamó la atención de la prensa gala.

A la galería inaugurada la noche este viernes en el municipio de Huamantla –taurino por antonomasia–, acudieron los matadores de toros Uriel Moreno, José Luis Angelino, y Alejandro Lima.

También arribaron novilleros y becerristas que han destacado en festivales locales y nacionales, así como afición a los toros de Huamantla.

Cabe mencionar que nació en la ciudad de Apizaco, Tlaxcala el dos de febrero de 1952. Fue hijo de un policía judicial que fue asesinado cuando él tenía tres años de edad.

Su mamá se casó de nuevo y tuvo siete hijos. Rodolfo tuvo que hacer de todo para apoyar a su madre. Un hombre de mucho esfuerzo, autodidacta, porque apenas estudió la primaria y quizá un poco de secundaria.

Con estas características, «El Pana» hablaba el inglés, portugués y francés. En su juventud, se cuenta que Rodolfo Rodríguez tuvo diversos oficios como sepulturero y vendedor de gelatinas, pero su oficio de panadero sería el que le dio origen a su famoso apodo, con el cual sería conocido en la fiesta brava. Sus palabras aunadas al temple de su arte, le llevaron a ganarse al público. Tomó la alternativa el 18 de marzo de 1979 en la Plaza de toros México, donde hubo un lleno, fruto del eco de sus novilladas. Pero irónico, la misma voz satírica le trajo problemas con muchos empresarios los cuales le cerraron las puertas. Usualmente toreaba con un puro en la boca.