El gobierno del presidente Jair Bolsonaro prorrogó el cierre de todas sus fronteras por 30 días, cuando Brasil alcanzó la marca del segundo país con mayor contagios de coronavirus en el mundo sólo detrás de Estados Unidos el sábado, el mismo día que Argentina anunció la extensión de la cuarentena hasta el 7 de junio.
La decisión aplica tanto a las fronteras terrestres como las aéreas, y excluye el tráfico comercial. Brasileños y residentes en el país quedaron exceptuados en la decisión, publicada en el Diario Oficial el viernes por la noche, al aducir “razones sanitarias”.
Brasil reportó más de 330.000 casos confirmados de Covid-19 el viernes, superando a Rusia. Además, más de 21.000 fallecieron desde la llegada de la pandemia. Expertos consideran que podrían haber más casos de los reportados oficialmente debido a la falta de capacidad de pruebas en masa.
Desde la llegada de la pandemia, el presidente Bolsonaro ha minimizado al coronavirus, llamándola una “gripecita”, y se ha mostrado más preocupado en el daño económico que puede generar la paralización de la actividad económica.
La propagación prácticamente descontrolada del virus en Brasil ha generado una alerta regional entre sus países vecinos, temerosos de que eventualmente pueda propagar otros focos menores de la enfermedad en el continente.
En Argentina, el presidente Alberto Fernández anunció en una rueda de prensa por la noche que extenderá la cuarentena nacional hasta el 7 de junio, pero con variaciones, entre ellas volver a tomar medidas más restrictivas y endurecer la cuarentena en Buenos Aires y su provincia, es decir, volver hacia atrás en esta zona del país que acumula la mayor parte de los casos.
Se mantendrán las actividades recreativas para los niños y jóvenes los fines de semana, pero se dará marcha atrás en buena parte de los sectores económicos, aunque se permitirá abrir a pequeños negocios barriales.
Fernández valoró positivamente las medidas tomadas hasta ahora para contener el virus, pero fue contundente en señalar que el virus entró en los barrios populares, en lugares difíciles, “mucha gente en muy poco espacio”, donde uno se contagia y “contagia al resto con mucha facilidad”.
El mandatario reconoció que se han incrementado los casos tanto en estos barrios como en los conglomerados urbanos, y especialmente en el área central de Buenos Aires, aunque también existen provincias a lo largo del país que no registraron casos en la última semana.
Argentina registraba el sábado, en su último informe, 704 nuevos casos, alcanzando 11.353 casos positivos y seis nuevas muertes que totalizan 445.
El jefe de gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, afirmó que los casos se han quintuplicado en esa zona del país desde el último anuncio.
En los últimos 14 días del total de casos confirmados, el 87,5% corresponden a la AMBA —la zona urbana de Buenos Aires y 40 municipios de la provincia en sus alrededores.
“Esto muestra el grado de concentración del problema que tenemos en esta zona”, afirmó Fernández.
Sin embargo, 84% de los otros departamentos donde vive 42% de la población argentina no ha tenido casos en los últimos días.
“La cuarentena va a durar lo que tenga que durar para que los argentinos estemos sanos y para que los argentinos no se mueran”, afirmó contundente, el mandatario, al ser interrogado sobre las consecuencias económicas y psicológicas de lo que se calificó como una de las cuarentena más largas de todas las que se han visto en el mundo.
“¿Qué me importa lo que dura la cuarentena si en dos semanas quintuplicamos el número de contagios, qué me importa?”, señaló, vehemente, afirmando que “esto no es una ciencia exacta”, si no que se trata de un virus que nadie sabe dónde está, cómo se previene o cómo se cura.
“No voy a dejar que el hambre ocurra durante la pandemia”, señaló categórico Fernández afirmando que asumió el gobierno con objetivo de emprender una guerra contra el hambre en el país y que habrá medidas y más apoyo económico para aquellos que lo necesiten.
El mandatario recordó que “los casos crecieron desmedidamente en los barrios populares pero en la ciudad de Buenos Aires, en la última semana, se incrementaron un 100%” los contagios, afirmó.
“El virus está circulando por las calles, les pido que, en lo posible, se mantengan en sus casas”, imploró a los argentinos.
En tanto, Bolivia se alistaba para ingresar a una flexibilización de la cuarentena a partir del 1 de junio en medio de presiones al gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez para que se levante la medida que lleva dos meses. El país andino atraviesa los picos más altos de contagio.
El Ministerio de Salud informó que hasta el viernes por la noche se reportaron 392 casos nuevos, con lo que la cifra de contagios se elevó a 5.349, con 230 decesos.
En ciudades como Santa Cruz, la más afectada, autoridades anunciaron que las restricciones serán levantadas paulatinamente. Mientras que Beni, fronteriza con Brasil, busca ayuda después de declarar desastre sanitario, ya que sus médicos especialistas renunciaron o se contagiaron con la enfermedad.
La Paz, sede de gobierno, iniciará poco a poco sus actividades en medio de medidas de bioseguridad. En la vecina de El Alto, se reiniciará el lunes el transporte público.
En Chile, que ha registrado un incremento acelerado de contagios y muertes en los últimos días, las autoridades continuaban distribuyendo cajas de alimentos a las familias más vulnerables en la municipalidad de La Florida, uno de los barrios más poblados del sureste de Santiago.
Junto a alimentos imperecederos, se distribuía una bombona de gas y un pollo para cada familia, con recursos de la municipalidad. La víspera, el gobierno chileno comenzó a distribuir 2,5 millones de canastas de alimentos básicos a familias pobres en un operativo apoyado por las Fuerzas Armadas.
También comenzó a pagarse una ayuda de unos 80 dólares a cerca de dos millones de familias por un periodo de tres meses, en medio de un incremento de los precios de los alimentos y protestas durante la semana en varios barrios humildes de la capital confinados por la pandemia.
En Chile se reportaron 3.536 nuevos casos positivos y 43 muertos. En total se contabilizan 65.393 contagios y 673 fallecidos.
En Colombia también se buscaba llevar ayuda a familias de bajos recursos. La ministra del Interior, Alicia Arango, señaló el sábado que se había repartido más de la mitad de un millón de mercados en diferentes zonas del país.
En el último informe del ministerio de salud colombiano, son 20.177; fallecidos 705; recuperados 4.718.
Arango agregó que también se entregaron 60.000 kits de bioseguridad a indígenas que están ayudando en la seguridad de sus comunidades, evitando el ingreso de extraños para reducir los riesgos de contagios.
Migración Colombia informó a su vez que hasta el momento han salido por la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, alrededor de 64.159 migrantes venezolanos que decidieron regresar a su país debido a la pandemia.
Mientras que en Guatemala, el ministro de salud Hugo Monroy anunció que el sábado se registraron 311 nuevos contagios, llegando así a 2.999 casos positivos más 55 fallecidos. Dos personas más positivas murieron, según el gobierno, por causas distintas al virus.
De acuerdo con el ministro, de los nuevos casos detectados, hubo un contagio de 201 personas por un mismo contacto en una planta maquiladora.
La Procuraduría de Derechos Humanos hizo público un video que habrían filmado en clínicas del Seguro Social guatemalteco donde pacientes dormían en el suelo o sillas a la espera de ser atendidos.
La víspera por lo menos 26 terapeutas respiratorios renunciaron al hospital provisional del Parque, un centro de salud instalado por el gobierno para tratar específicamente a personas contagiadas de coronavirus. Las renuncias se dieron ante la falta de pago al personal de salud y por los cambios de horarios en sus jornadas laborales.
En México, a ocho días de que se reanuden las actividades económicas y sociales no esenciales y se levanten las medidas de distanciamiento social impuestas por el gobierno federal para mitigar la propagación del coronavirus, las autoridades sanitarias en el país reconocieron que existe una posibilidad de que se registren rebrotes.
México permitió la reapertura parcial en más de 300 municipios desde el lunes pasado, pero la mayoría declinó abrir y esperar al menos hasta el 1 de junio, cuando termina la “jornada nacional de sana distancia”.
La reapertura dependerá de un semáforo de cuatro colores que será determinado con base en el número de contagios en cada estado del país.
“No está garantizado ni en México ni en ningún otro lado que no pueda haber rebrotes, cuando inicie la reapertura habrá rebrotes, pero es potencialmente dañino pretender que se puede mantener el estadio de inmovilidad por tiempos largos”, señaló el subsecretario de salud Hugo López-Gatell en conferencia de prensa. “En el momento que empiece la reapertura, vamos a tener experiencias de rebrote”.
Hasta el sábado por la noche, México reporta 65.856 casos positivos de coronavirus, con al menos 7.179 decesos, cifras que las mismas autoridades sanitarias han reconocido que son inferiores a los casos reales de contagios y muertes por COVID-19.
Entre viernes y sábado se registraron 3.329 casos positivos, la cifra más alta para un solo día en México, pero las autoridades sanitarias consideran que es momento de poner fin a las medidas de confinamiento.
“México tiene que hacer lo de otros países, empezar a ensayar sus experiencias de movilidad, de manera cuidadosa, con monitoreo que identifique de manera clara cuál es el nivel de riesgo”, informó el funcionario, quien agregó que los mexicanos deben prepararse para una epidemia larga. “Las curvas epidémicas de algunos estados se estarán presentando en junio, julio y algunas se alargarán hasta agosto y septiembre”.
También el sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que México pasa por el momento crítico de la epidemia por el número de casos, pero se dijo optimista en salir adelante.
En Uruguay, país que es citado en la región como ejemplo de contención del virus, se registraban dos muertos en el departamento de Rivera, fronterizo con Brasil. El país charrúa registra 764 casos positivos y 22 fallecidos.
Además, el crucero Greg Mortimer partía definitivamente de aguas uruguayas tras haber permanecido casi dos meses amarrados en Uruguay y haber sido asistido por la gran cantidad de casos de coronavirus que se produjeron en sus interior.
“Agradecemos a los uruguayos, que arroparon como propios a los pasajeros y tripulantes del Greg Mortimer. A todos los que participaron en complejas operaciones de evacuación y desembarco. Y especialmente a los médicos que los atendieron en altamar: son los héroes de esta historia”, tuiteó tras la despedida el canciller uruguayo Ernesto Talvi.
En América Latina se registraba a la fecha casi 525.000 contagios y más de 33.000 muertos, y Brasil tiene la mayor cantidad de infecciones y decesos.
A nivel mundial se han infectado más de 5,2 millones de personas y muerto más de 338.000, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte